Obtenido
el 16 de oct del 2000 en: http://www.bmd.com.ar/Consulta_Neuro00.htm
Funciones cognitivas
Prof. Dr. Miguel Márquez Dr. Luis Ignacio Brusco
Los procesos cognitivos Los procesos cognitivos, es decir aquellos procesos
psicológicos relacionados con el atender, percibir, memorizar, recordar
y pensar, constituyen una parte sustantiva de la producción superior
del psiquismo humano. Si bien son el resultado del funcionamiento del
organismo como un todo, suponen la especial participación de ciertas
áreas cerebrales, filogenéticamente recientes, que muchas veces se encargan
de organizar e integrar las funciones de otras regiones más arcaicas.
- Las funciones intelectuales o superiores en el hombre permiten realizar
actividades que éste ha adquirido a lo largo de la evolución y que lo
diferencian de los animales. Así se han desarrollado tanto a nivel del
lenguaje, las prácticas, los reconocimientos como del aprendizaje y
la memoria una gama de funciones avanzadas que han permitido el nivel
máximo de complejidad de comunicación, intelectualización y abstracción
que se pueda conocer en el campo biológico. Se estudiará aquí la organización
funcional de los elementos que dan sustento a los procesos cognitivos
y se la relacionará con algunas dimensiones neuro y psicopatológicas.
Así se entenderá el cerebro como un dispositivo de tratar con información,
de procesarla, y no como algo que sirve únicamente para responder a
cierto tipo de estímulos. Este modelo abrió el camino a la psicología
de los años 60 para explicar las representaciones internas de acuerdo
a la calidad y cantidad de información que contenían y a la neuro y
psicofisiología para investigar los marcos de referencia psiconeurobiológicos,
eléctricos o bioquímicos de esas cogniciones, ya que el procesamiento
informativo supone un soporte de indudable naturaleza física.
- Antes de abordar esa tarea es necesario tener en cuenta algunas cuestiones
que no serán explícitamente revisadas en este capítulo. En primer lugar,
el hombre no se puede comprender cabalmente sino en relación con otros
hombres y con el ambiente, por lo que las funciones cognitivas, si bien
psiconeurobiológicas, tienen una dimensión social.
- En segundo término, cada ser humano tiene un sistema de constructos
particulares -la personalidad- con el que categoriza la realidad e interpreta
cada suceso de su acontecer. Allí se encontrará la explicación, por
ejemplo, de las variables cognitivas individuales o de las diferentes
motivaciones de cada sujeto.
- En tercer lugar, no es posible, sino didácticamente, estudiar las
funciones cognitivas sin relacionarlas con otras, como las del alerta
o las afectivas, con las que integran un todo.
En cuarto lugar, tampoco es posible iniciar el estudio de las bases
neurales de los procesos cognitivos sin una solución a la aparente contradicción
entre la idea de que ciertas regiones del sistema nervioso central,
tienen que ver especialmente con determinadas funciones cognitivas
-hipótesis
localizacionistas - y la de que es imposible localizar un determinado
proceso cognitivo en un área circunscripta, ya que el cerebro actúa
como un todo.
- Las localizaciones cerebrales Hipócrates sostuvo que el cerebro es
el órgano de la mente e hizo la primera mención que fuera registrada
a la existencia de localizaciones particulares al afirmar que la lesión
de uno de los hemisferios podría producir parálisis en el lado opuesto
del cuerpo. Las investigaciones frenológicas del siglo XIX (Gall y Spurzheim)
reactualizaron el tema de las localizaciones y, desde entonces, la ubicación
anatómica de las funciones cerebrales ha sido un tema siempre presente
en los estudios del sistema nervioso central.
- Los frenólogos, con métodos que la ciencia actual ni siquiera consideraría,
concluyeron con la división del cerebro en 37 órganos diferentes cada
uno de los cuales tendría a su cargo una función intelectual. Lo absurdo
de sus conclusiones contribuyó, en los hechos, a reforzar el concepto
de que el cerebro funcionaba como un todo homogéneo.
- En cambio la idea de una localización cerebral particular para ciertas
funciones sensitivo-sensoriales, motoras y cognitivas adquiere sus primeros
fundamentos científicos a mediados del siglo XIX cuando se suceden algunos
descubrimientos trascendentes. Hughlings Jackson, observando la secuencia
de algunas crisis epilépticas, sostuvo que para explicarlas era necesario
aceptar en el cerebro la existencia de diferentes centros motores, separados
entre sí. Broca (1861) encuentra que una pequeña lesión en el pié de
la tercera circunvolución frontal del hemisferio dominante produce una
pérdida del lenguaje de expresión, sin otros trastornos intelectuales
y Fritsch y Hitzig (1870) estimulan eléctricamente ciertas áreas de
la corteza cerebral produciendo movimientos en los miembros contralaterales.
- Aún avanzado este siglo persistían algunas concepciones ingenuas que
proponían la localización de las funciones más complejas del psiquísmo
en áreas limitadas de la corteza cerebral. Se suponía que, al igual
que los centros corticales de la sensibilidad o los movimientos, podrían
hallarse centros análogos de los fenómenos cognitivos. Sin embargo hoy
sabemos que los procesos psíquicos superiores no se dan en la corteza
cerebral igual que las funciones fisiológicas elementales. Por otra
parte los nuevos conocimientos acerca de la estructura diferenciada
de ciertas regiones del sistema nervioso central no condicen con la
hipótesis de que el cerebro es un todo íntegro e indiferenciado. Es
así que fueron ganando espacio las concepciones que entendían a las
funciones cognitivas apoyadas en estructuras organizadas en sistemas,
dinámicas en su desarrollo y relacionadas tanto a las psiconeurobiología
cuanto a las interacciones sociales,. Nuestro psiquismo no se desarrolla
únicamente a través de la maduración mecánica de las aptitudes biológicas
naturales innatas del sistema nervioso central. Se desenvuelve y se
organiza en el proceso de la actividad propiamente humana, de interacción
con el medio y de relación con sus semejantes. El hombre, como los animales,
atiende a las señales de su entorno y de su medio interno pero también
atiende, y de manera relevante, a las que él mismo crea. En su evolución,
a medida que fue creciendo la actividad que desplegaba en relación con
el medio externo y consigo mismo, esa actividad (o sus representaciones)
se fue replegando en su cerebro, convirtiéndose en procesos psíquicos
que parecen funciones relativamente simples y dadas desde siempre (por
ejemplo las percepciones) pero que son el producto de un complejísimo
desarrollo histórico. Es natural que este proceso, propio del hombre,
obligue a suponer un principio nuevo de localización cerebral de las
funciones psíquicas superiores, diferente de las formas de organización
de los animales y relacionados con actividades específicamente humanas,
básicamente el lenguaje y la actividad social.
El hecho de que en ese proceso de desarrollo se originen funciones nuevas
-cognitivas- no significa que cada una de ellas se asiente sobre un
nuevo grupo de neuronas o nuevos centros nerviosos al estilo de los
que los frenólogos descubrían a principio del 1800. El desarrollo se
produce mediante la formación de sistemas funcionales originales que
nunca se dieron en los animales y cuya creación es un modo inédito del
desenvolvimiento ilimitado del sistema nervioso central. Cada función
específica deja de considerarse como el producto de un cierto centro
y, a la vez, la función del cerebro como un todo tampoco se considera
como el trabajo de una masa indivisa y homogénea de tejido nervioso.
En lugar de estas dos concepciones se plantea la tesis del sistema de
zonas de la corteza altamente diferenciadas y que trabajan conjuntamente,
resolviendo los nuevos problemas que se le plantean mediante nuevas
relaciones y asociaciones intercentros. Para completar la descripción
de los aspectos organizativos y funcionales de las cogniciones hay que
adicionar la dimensión temporal. En un principio, las funciones superiores
dependen de la presencia de procesos elementales anteriores que les
sirven de base; los conceptos complejos no se podrían desarrollar si
no se dan con suficiente solidez las percepciones y las representaciones
sensoriales, por ejemplo. Sin embargo, en las etapas tardías, las funciones
superiores empiezan a influir sobre sus bases y las formas más simples
de los procesos psíquicos se reestructuran por efecto de la actividad
psíquica superior. Si bien es cierto que al principio la formación de
los centros superiores depende de los inferiores, en el comportamiento
ya formado los centros superiores organizan el trabajo de los inferiores.
respetando una organización jerárquica de control.
El
modelo cognitivo
Las funciones cognitivas individuales necesitan disponer de ciertos
recursos del sistema nervioso central para desenvolverse. Estos recursos
no son ilimitados y por tanto un funcionamiento cognitivo correcto supone
una muy estricta selección de estímulos, relaciones, situaciones y tareas
a los que atender, ignorando o eliminando otros. Nuestra mente es capaz
de registrar y elaborar muchos más datos de los que podría suponerse,
pero aún así una ingente masa de información es desechada, eliminada
y/o ignorada. Esta selección tiene niveles muchas veces conscientes,
pero también existen procesos y estilos de procesamiento- inconscientes.
Las más modernas investigaciones parecen indicar que los procesos cognitivos
funcionan a través de una estructura de módulos en la que cada uno de
sus elementos está dedicado a realizar un tipo especial de transformaciones.
Estos módulos pueden recibir información directamente del entorno o
de otros módulos, con lo que la capacidad procesadora global se multiplica.
Todos son sistemas estratégicamente flexibles que permiten que las tareas
pueden realizarse mediante diferentes caminos, más automáticos e inconscientes
o más controlados y conscientes según el caso. Algunos módulos están
bajo control voluntario y permiten seguir paso a paso las diferentes
etapas del procesamiento, otros son cognitivamente impenetrables y se
conoce de ellos solo a través de sus resultados.
- Todos los componentes del sistema son capaces de trabajar simultáneamente
o en paralelo de manera contingente, con retroalimentación permanente
y con referencias frecuentes a estructuras de conocimientos ya existentes
o esquemas. Estos esquemas predeterminados relacionados a situaciones,
actividades, etc. y almacenados en la memoria, prestan un toque original
a cada proceso y personalizan los resultados del funcionamiento cognitivo.
Este modelo asume la existencia de una base psiconeurobiológica el procesador-
cuyas características se estudian en este capítulo. Pero, como decíamos,
su conocimiento no agota el estudio de las funciones de la cognición
humana. Son imprescindibles, para entender al hombre, los aportes de
la psicología, y la psicopatología cognitiva, las que abordan en la
actualidad temas como las atribuciones, los valores, las expectativas,
las creencias (conscientes o no), la identidad personal, la autoconciencia,
el sí mismo, el cambio personal en el decurso de la vida, y cómo todo
ello modula y da sentido a la actividad propiamente humana. Así superamos
la analogía hombre-computadora y empezamos a abordar al ser capaz de
percibir, atender, memorizar, razonar y pensar, pero también de querer
y sentir, de sufrir y esperar, de creer e ilusionarse. Este hombre procesa
la información correctamente o la sesga de acuerdo a sus atribuciones,
valores o creencias, empujado por variantes motivacionales o emocionales,
por su personalidad y por su biografía, por la historia de sus tiempos
o por la influencia de sus seres queridos o del entorno social que lo
rodea, pleno de razones pero también de intuiciones irracionales. Organización
funcional de la corteza cerebral Prof. Dr. Miguel Márquez Dr. Luis Ignacio
Brusco Las divisiones anatómicas de la corteza cerebral reconocen dos
hemisferios -cada uno de ellos con cuatro lóbulos (frontal, temporal,
parietal y occipital) divididos por las cisuras de Silvio y de Rolando-
unidos por una ancha banda de 200 millones de fibras nerviosas que constituye
el cuerpo calloso. Desde el punto de vista funcional, en cambio, se
distinguen cinco tipos de corteza cerebral:
Corteza sensorial primaria, Corteza cerebral secundaria (o de alto orden),
Corteza de asociación, Corteza motora secundaria (o de alto orden) Corteza
motora primaria Un estímulo sensorial arriba a la corteza sensorial
primaria y se elabora en las áreas sensoriales secundaria. La información
que contiene es procesada en las cortezas de asociación y las eventuales
respuestas se elaboran en las áreas motoras secundarias para ejecutarse
a través de la corteza motora primaria. Este orden funcional podría
sintetizarse en una función cognitiva que implique una función motora
luego de un estímulo sensorial de la siguiente manera 1--2--3--4--5,
siendo este trayecto secuencial verificado por PET.
Las áreas de asociación
Las áreas sensoriales y motoras se estudian en los capítulos correspondientes;
aquí nos detendremos en destacar algunas características de la corteza
de asociación. En ellas la organización estructural en seis capas está
muy bien definida (corteza homotípica de Brodman) y todas tienen ciertos
rasgos comunes -morfológicos, eléctricos, de mielinización tardía, de
aferencias e interconexiones- que sugieren una identidad funcional.
- Mediante la técnica de correlacionar las lesiones cerebrales más o
menos localizadas con sus secuelas funcionales neuropsicopatológicas,
experiencias de estimulación durante las intervenciones neuroquirúrgicas
(recordar los hallazgos de Broca y Fritsch) y, actualmente, con los
aportes de la moderna electroneurofisiología y las técnicas de tomografía
por emisión de positrones, se fue construyendo un mapa funcional de
la corteza cerebral. Se distinguen tres tipos de cortezas terciarias,
de asociación, claramente definidas tanto en lo anatómico como en lo
funcional:
La corteza de asociación parieto-temporo-occipital, La corteza de asociación
frontal La corteza de asociación límbica. Aunque constituyen más del
80% del total de la corteza cerebral su estimulación eléctrica no desencadena
ninguna respuesta y ese silencio es, probablemente, la base del mito
popular de que el hombre solo usa un pequeño porcentaje de su cerebro.
- El núcleo de la corteza de asociación parieto-temporo-occipital está
formado por las áreas 39 y 40 de Brodman aunque deben incluirse también
las áreas 19, 21, 22 y 37. Dichas zonas constituyen porciones específicamente
humanas del cerebro. Maduran tardíamente y no son completamente operativas
hasta los 7 años. Su función está dedicada casi por completo a la integración
de los datos que llegan a través de las diferentes áreas sensoriales
primarias y secundarias así como a la transferencia de información de
las áreas correspondientes a un sentido hacia las de otro sentido, lo
que define su función supramodal. Por ejemplo, integrar la información
visual significa también la transición de las síntesis visualmente representadas
al nivel de procesos simbólicos u operaciones con significados verbales,
con estructuras gramaticales y lógicas complejas, con sistemas numéricos
y relaciones abstractas. Por ello estas áreas juegan un papel esencial
en la transformación de la percepción concreta en pensamiento abstracto,
en la organización de esquemas internos y en la memorización de la experiencia
organizada. Estas zonas organizan espacialmente los impulsos discretos
de excitación que llegan desde distintas regiones y convierten los estímulos
sucesivos en grupos procesados simultáneamente, el único mecanismo que
explica el carácter sintético de la percepción. Los pacientes con lesiones
en estas áreas desarrollan alteraciones muy marcadas en la recepción
y el análisis de la información; tienen dificultad de comprensión de
los datos que reciben como un todo, no pueden encajar los elementos
individuales en una estructura única, no pueden convertir la presentación
consecutiva de estímulos en una nueva realidad que perciba todo simultáneamente,
no pueden encontrar su situación en el espacio ni en un mapa y tienen
una gran dificultad para escribir letras. En el caso de lesiones en
el hemisferio dominante se presentan además alteraciones del lenguaje,
especialmente de la memoria del lenguaje, con dificultad para nombrar
los objetos (amnesia amnéstica). En el caso en el que las lesiones asienten
en el hemisferio no dominante se produce un desconocimiento de la mitad
contra lateral del cuerpo, la que es negada como propia (síndrome de
negligencia).- Los lóbulos frontales apenas son visibles en los animales
inferiores, se hacen mayores en los primates y en el hombre ocupan más
del 25% de la masa total de los hemisferios cerebrales. La proporción
del incremento de las regiones frontales es mayor en dos momentos de
la ontogenia (entre los 3½ y 4 y entre los 7 y 8 años). La corteza de
asociación frontal ocupa la zona rostral del área 6 de Brodman. También
madura tardíamente en la ontogénesis. La corteza frontal constituye
un aparato para formar planes estables e intenciones capaces de controlar
el consecuente comportamiento consciente del sujeto a través de la regulación
de los procesos de activación que se encuentran en la base de la atención
voluntaria y del tono cortical. La lesión de estas áreas puede conducir
a la desintegración de programas complejos de actividad y a su reemplazo
por formas más simples de conductas o por estereotipos sin lógica ni
relevancia. Los pacientes con lesiones frontales, especialmente bilaterales,
tampoco pueden advertir sus errores, es decir, pierden la capacidad
de verificar los resultados de sus acciones. Las funciones de programación,
regulación y verificación de la corteza frontal no se limitan a las
conductas motoras y se hacen extensivas a procesos mnésicos e intelectuales.
Su alteración compromete a una función muy especial del lenguaje denominada
reguladora; el paciente ya no puede dirigir sus comportamiento con la
ayuda del lenguaje propio o de otra persona.
- Las regiones prefrontales de la corteza tienen conexiones no solo
con las estructuras inferiores del tallo cerebral y del diencéfalo sino
prácticamente con todas las demás regiones corticales y son, de hecho,
una superestructura sobre todas las demás partes del córtex cerebral,
de modo que realizan una función mucho más universal en la regulación
general de la conducta que la realizada por la corteza asociativa parieto-témporo-occipital.
La corteza de asociación límbica se localiza en la cara interna del
lóbulo temporal y la zona orbital del lóbulo frontal, abarcando las
áreas 23, 24, 38, 28 y 11 de Brodman. Participan en la regulación de
la función afectiva o motivacional (porción órbito-frontal) y en la
memoria (porción temporal). En el primer caso integra los aspectos emocionales
al procesamiento informativo global, para lo que cuenta tanto con conexiones
con las cortezas asociativas descriptas cuanto con la encrucijada psiconeuroendocrinológica
hipotalámica. En el segundo participa de los mecanismos de fijación
de la memoria declarativa (explícita) mediante los circuitos motivacionales
de la amígdala y el hipocampo que se conectan con las vías de procesamiento
de la información sensorial. La amígdala compara la información sensorial
con los contenidos de memoria dándole función social en el contexto
del estado afectivo al animal en una función que podría llamarse memoria
emocional. Estos circuitos motivacionales se encuentran modulados por
proyecciones colinérgicas que están comprometidas en la enfermedad de
Alzheimer.
- Asimetría y dominancia cerebral Prof. Dr. Miguel Márquez Dr. Luis
Ignacio Brusco Lateralización
Las áreas corticales primarias de ambos hemisferios tienen roles idénticos.
Es diferente la situación de las secundarias y más aún de las terciarias.
Con la aparición de las habilidades discriminadas de las manos (habitualmente
mayores en la mano derecha) y, más tarde, con la del lenguaje, comienza
un cierto grado de lateralización de funciones que no se ha encontrado
en los animales pero que en el hombre se transformó en un principio
importante de organización del cerebro. El hemisferio izquierdo (en
los diestros) se ha hecho dominante; éste que se encargaba de la regulación
de la mano derecha empieza a asumir, también, las funciones del lenguaje
y a ejercer un rol no solamente en el control del habla sino también
en la organización cerebral de toda la actividad cognitiva conectada
con el lenguaje (la percepción organizada en esquemas lógicos, la memoria
verbal, el pensamiento, etc). Es necesario remarcar que la lateralización
se realiza solo a partir de las zonas corticales secundarias y, especialmente,
de las terciarias. A estas últimas concierne la codificación de la información
que llega a la corteza, efectuada en el hombre con la ayuda del lenguaje.
En estas áreas las funciones difieren netamente de un lado y del otro.
Este rol director del hemisferio dominante, como consecuencia de la
lateralización progresiva de funciones, distingue ampliamente la organización
del cerebro humano de la de los animales, cuya conducta no está organizada
con la estrecha participación del lenguaje. Y supone una asimetría funcional
que se acompaña, además, de una asimetría anatómica con mayor tamaño
del lado correspondiente al hemisferio dominante. En la patología se
conocen muchos ejemplos en los que la pérdida de la asimetría normal
se acompaña de alteraciones funcionales. Se ha descripto el planum temporale
simétrico (por subdesarrollo del área de Brocca o planum temporale izquierdo)
en pacientes con trastorno de aprendizaje de lectoescritura o dislexia.
Recientemente Crowe postuló que una indiferenciación de la lateralidad
produce una mayor simetría en cerebros de pacientes con trastornos esquizofrénicos.
La asimetría funcional también explica las diferentes consecuencias
de ablaciones o lesiones de áreas contralaterales idénticas. En la corteza
de asociación límbica puede producirse amnesia declarativa si hay remoción
bilateral de su porción temporal, amnesia nominal en el caso de que
se trate de la remoción unilateral de la misma región del hemisferio
dominante y amusia (imposibilidad para recordar melodías) en el caso
de que se remueva la misma área en el hemisferio no dominante. La lesión
unilateral en la corteza de asociación parieto-témporo-occipital del
hemisferio dominante produce afasias mientras que la lesión de la misma
región del hemisferio no dominante produce síndromes de negligencia
por alteraciones del reconocimiento del propio cuerpo. Las apraxias
son desórdenes en la ejecución de movimientos aprendidos por déficits
en el componente cognitivo -ideomotor- sin merma de las capacidades
motoras puras que dependen de lesiones en la corteza terciaria parieto-témporo-occipital.
En este caso también los hemisferios derecho e izquierdo hacen contribuciones
diferentes a la ejecución de tareas de construcción complejas; el derecho
desempeña una función predominantemente perceptual en tanto que el izquierdo
es más planificador y ejecutivo. En la práctica clínica se exploran
las praxias solicitando al paciente que dibujen algunas figuras más
o menos complejas; los pacientes con lesiones en el hemisferio derecho
dibujan con gran energía y a menudo agregan trazos a su producción,
sus dibujos son diseminados y fragmentados, sin límites ni relaciones
espaciales y no se benefician si tienen el modelo a la vista. Los pacientes
con lesiones en el hemisferio izquierdo realizan la tarea más trabajosamente
y sus dibujos, que son más coherentes aunque extremadamente simplificados
y sin detalles internos, mejoran con el modelo a la vista. El cerebro
dividido Cuando se examina el cerebro se observan dos hemisferios iguales
a simple vista; sin embargo no son idénticos ni estructural ni funcionalmente.
En 1961 dos neurocirujanos realizaron la sección completa del cuerpo
calloso para controlar las crisis generalizadas en pacientes epilépticos.
El estudio de pacientes con el cerebro dividido nos proporcionó una
gran cantidad de información acerca del procesamiento informativo por
parte de los dos hemisferios aisladamente y de cómo contribuyen de manera
tan original a la armonía del conjunto. Por ejemplo, si se coloca un
objeto en la mano izquierda de uno de estos pacientes de modo que éste
no pueda verlo, él niega que dicho objeto está allí. La percepción táctil
de la mano izquierda se elabora en el hemisferio derecho pero la información
acerca de este procesamiento no puede pasar al hemisferio izquierdo
en el que se encuentran los centros del lenguaje. En los sujetos normales
la información ofrecida a nuestro hemisferio derecho pasa rápidamente
al izquierdo para su denominación. En una experiencia se envió información
a los hemisferios derecho e izquierdo mediante los campos visuales izquierdo
y derecho, respectivamente (por ejemplo la palabra mapamundi con mapa
en el campo visual izquierdo y mundi en el derecho). Los pacientes con
sección del cuerpo calloso dijeron que vieron mundi, es decir aquello
que habían visto con el hemisferio izquierdo. Pero, cuando se les pidió
que identificaran lo visto con su mano izquierda, manejada por el hemisferio
derecho, señalaron mapa. Cada hemisferio informó sólo lo que él había
visto. Igualmente cuando se le presenta al hemisferio derecho la imagen
de una llave, los pacientes con el cerebro dividido no pudieron decir
qué habían visto; pero cuando se le pidió que identifiquen palpando
con la mano izquierda diferentes objetos ocultos tras una pantalla,
eligieron la llave sin dudar. Sin necesidad de recurrir a la sección
del calloso los modernos estudios funcionales demuestran que los cerebros
funcionan parcelados, especializados. Una tarea perceptiva hace que
la actividad eléctrica local, el incremento del flujo sanguíneo regional
y el de consumo de glucosa revelen el aumento de la actividad del hemisferio
derecho; el hablar o el calcular aumenta la actividad del hemisferio
izquierdo. Mediante una técnica incruenta se puede determinar cuál es
el hemisferio dominante, cuestión importante antes de algunas intervenciones
neuroquirúrgicas. Se realiza la inyección de un sedante en la arteria
que llega a uno de los hemisferios a un sujeto que está acostado, con
los dos brazos levantados y hablando tranquilamente Se consigue así
la sedación inmediata y breve de ese hemisferio (señalado por la caída
del brazo contralateral) y, en el caso de que sea el dominante, que
el sujeto enmudezca hasta que la droga deje de hacer efecto. Cuando
la droga entra en la arteria contralateral el brazo opuesto cae pero
todavía es posible hablar. El hemisferio izquierdo es más lógico, más
verbal y más capaz de trabajar con estímulos en forma secuencial. El
derecho es emocionalmente más intuitivo, es diestro en las relaciones
espaciales y puede abarcar las situaciones de manera simultánea. Sin
embargo, no hay que simplificar situando las cualidades complejas en
uno solo de los hemisferios; éstas son el producto del funcionamiento
integrado de los dos hemisferios.
Lenguaje
Prof. Dr. Miguel Márquez Dr. Luis Ignacio Brusco
El análisis del lenguaje supone examinar los distintos niveles de organización
lingüística, entre ellos :
Los aspectos cognitivos, incluyendo la sensación, la percepción, la
memoria, la conceptualización, la representación y la simbolización,
la realización del lenguaje, es decir la escritura, la lectura, el habla,
la producción y comprensión del lenguaje y la percepción del habla y,
finalmente, sus características de medio de comunicación con el ambiente.-
El estudio de los aspectos cognitivos obliga a saber que los fonemas
son las menores unidades sonoras distinguibles en el lenguaje hablado;
cambios de los fonemas producen cambios de significado. Los fonemas
de consonantes contienen más información que los de vocales. Los morfemas
de cada lenguaje son las unidades más pequeñas portadoras de sentido
o vehículo de significado. Algunos morfemas son también fonemas, pero
en general se trata de palabras o partes de palabras. Ellos son la base
de la gramática, sistema de reglas en el lenguaje que nos permite desarrollar
la función comunicadora social del lenguaje (comunicarnos con otros
y comprenderlos). En la gramática hay que atender a la semántica, que
estudia los significados que se derivan de los morfemas, las palabras
o las oraciones y la sintaxis que son las normas para combinar palabras
en oraciones dotadas de sentido. El nuevo campo es el de la pragmática,
que es el estudio de los intercambios comunicativos desde el punto de
vista social. El habla es un medio de comunicación especial que utiliza
un mecanismo motor emisor de sonidos. Sus alteraciones se denominan
disartrias o anartrias. El lenguaje es una herramienta para la actividad
intelectual, para la comunicación de la información y, a la vez, un
método de regular u organizar los procesos mentales humanos. Sus alteraciones
dependen de lesiones en áreas asociativas del hemisferio dominante y
se denominan afasias. Las áreas primarias del lenguaje son las de Brocca
(zona del lóbulo frontal adyacente a la corteza motora que controla
el movimiento de los músculos de la fonación) y de Wernike (en el área
22 de Brodman en el lóbulo temporal incluyendo el centro de comprensión
auditiva). Ambas áreas están unidas por un fascículo córtico-cortical,
el fascículo arqueado (arcuato), y conectadas con las cortezas asociativas
frontal y parieto-témporo-occipital.- Las afasias y otras alteraciones
del lenguaje El diagrama clásico de la casa de Lichtein explica los
distintos tipos de afasias. A su lado colocamos las denominaciones de
las afasias corticales propuestas por Luria. Las afasias subcorticales
pueden, además, denominarse de acuerdo a las regiones afectadas: afasias
anterior capsular/putaminal, posterior capsular/putaminal, global capsular/putaminal
y talámica. Resumen de las características de los síndromes afásicos
corticales, tomando en cuenta el lugar de la lesión, el habla, la comprensión,
la fluidez del lenguaje, la repetición de palabras y la existencia o
no de anomia. Cuando las lesiones ocurren en las mismas regiones pero
del hemisferio no dominante el cuadro clínico que se observa es el de
aprosodia o pérdida de los aspectos afectivos y de las entonaciones
emocionales del lenguaje con conservación de sus características cognitivas.
En pacientes lesionados en áreas derechas homólogas a las de Broca se
pierde la capacidad de impartir prosodia a lo que dicen, en pacientes
con lesiones en las áreas posteriores, homólogas a las de Wernike, se
pierde la capacidad de decodificar la entonación afectiva en el lenguaje
de otros.- Por agrafía se entiende la imposibilidad o la severa disminución
de la capacidad para escribir y se suele acompañar de alteraciones del
lenguaje hablado. Depende de lesiones en el área 39 (giro angular).
La alexia es un síndrome que afecta la lectura. Es causada por pequeñas
lesiones circunscriptas en la corteza de asociación parieto-témporo-occipital
que, en general, no interfieren con el lenguaje u otras funciones cognitivas.
En cambio, las dislexias son alteraciones del desarrollo que conducen
a dificultades en el aprendizaje de la lectoescritura. La correcta lectoescritura
supone un uso simultáneo de la percepción visoespacial, la secuenciación
espacial y temporal, el procesamiento visual y auditivo, la elaboración
fonética, el análisis gramatical y semántico, la comprensión y la elaboración
y ejecución motora. En niños disléxicos se han encontrado alteraciones
citoarquitectónicas dependiendo de una anormal migración neuronal temprana
y una pérdida de la asimetría cerebral normal por subdesarrollo del
planun temporale del hemisferio dominante.
Los procesos de aprendizaje
Prof. Dr. Miguel Márquez Dr. Luis Ignacio Brusco
Aceptamos con Skinner que, hasta donde se puede saber, la conducta no
es más que el producto de la dotación genética, la historia personal
y el ambiente. Su organización, desde el nacimiento hasta la muerte,
se debe a los procesos de aprendizaje. Ciertos comportamientos, de todos
los organismos, están genéticamente predeterminados. Los aprendizajes
son cambios, más o menos estables, del comportamiento de un organismo
dotado genéticamente de una manera particular, a causa de la experiencia,
entendida ésta como acciones que generan una interrelación dinámica
entre la historia personal y el ambiente.- El hombre, en un medio continuamente
cambiante que demanda una enorme capacidad adaptativa, interactúa activamente
con la realidad de la que forma parte mediante el procesamiento de la
información presente en el medio y en sí mismo. Esa información experimenta
y genera transformaciones (aprendizajes) y afecta sus respuestas emocionales
y/o conductales en un proceso interdependiente de cogniciones, emociones
y conductas. La experiencia, es decir la acción, es la clave del aprendizaje
y la asociación su mecanismo fundamental. Nuestras mentes relacionan
los hechos que ocurren, de modo natural. Los animales simples pueden
realizar asociaciones simples; los animales más complejos pueden aprender
asociaciones más complejas, (especialmente aquellas que generan consecuencias
favorables a su desarrollo). Los animales muy complejos, como los monos
superiores pueden aprender, además, por observación (imitación). El
hombre puede aprender de todas esas formas y, a través del lenguaje
y del desarrollo de sus funciones cognitivas, es capaz de aprender cosas
que no ha experimentado directamente (mediante procesos vicarios) ni
observado o conocido nunca (a través de la transmisión y elaboración
de la información).- Existen ciertas respuestas que no dependen de la
experiencia previa y que se producen, siempre, ante la presencia de
un estímulo determinado. Esas respuestas son innatas, no aprendidas
o incondicionadas (RI). Los estímulos que producen estos efectos se
denominan estímulos incondicionados (EI). Cuando un estímulo que previamente
era neutro, y no generaba esa respuesta, se asocia al EI y, luego de
un determinado proceso, es capaz de producir la RI en ausencia del EI,
se acepta que la respuesta ha sido condicionada (RC), es decir, aprendida.
Al estímulo que se asocia al incondicionado se denomina condicionado
(EC).- Este proceso de condicionamiento se denomina clásico (o pavloviano),
es de carácter biológicamente adaptativo y su adquisición tiene el objeto
de ayudar a los organismos a prepararse para hechos que son inminentes.
Si el EC es presentado un número determinado de veces sin la presencia
del EI, la RC disminuye, se extingue, aunque pasado cierto tiempo puede
producirse alguna recuperación espontánea de la respuesta aprendida.
Ella es de menor intensidad y demuestra que las asociaciones que se
habían realizado no se habían destruido. A veces las RC se producen
ante EC análogos, aunque no idénticos y a veces ni siquiera parecidos,
debido a fenómenos llamados de generalización. Otras veces se pueden
inducir aprendizajes muy precisos de RC ante ciertos EC pero no ante
otros muy semejantes, mediante procesos de discriminación. El condicionamiento
operante es un proceso mediante el cual un organismo repite con más
probabilidad formas de conductas recompensadas (reforzadas) y con menos
probabilidad formas no reforzadas o castigadas. Este proceso reconoce
muchas características del condicionamiento clásico -adquisición, extinción,
recuperación espontánea, generalización y discriminación- aunque es
evidentemente diferente. En el clásico la conducta responde a ciertos
estímulos del ambiente en tanto que en el operante la conducta opera
sobre el ambiente para obtener estímulos compensatorios o para evitar
estímulos punitivos. Este aprendizaje, también adaptativo, responde
a la ley del efecto que dice que si una conducta es recompensada probablemente
se repetirá. La recompensa se denomina con más propiedad reforzador
y siempre consolida una conducta. Puede ser positivo, cuando consolida
una conducta al presentar un estímulo positivo después de esa conducta
o negativo cuando consolida una conducta al reducir o eliminar un estímulo
contrario o desagradable. Los reforzadores primarios son innatamente
satisfactorios (por ejemplo alimentos); los secundarios son aprendidos
por condicionamiento y su poder deriva de la asociación con los primarios.
Los inmediatos son los que se producen en seguida de producida la conducta
operante correcta. Los demorados pueden producirse mucho tiempo después
del comportamiento operante correcta. El castigo tiene efectos contrarios
al refuerzo y se define como cualquier consecuencia que disminuya la
frecuencia o la probabilidad de la conducta a la que sigue. Esto lo
diferencia del reforzador negativo el que, como todo reforzador, siempre
aumenta la frecuencia o la probabilidad de determinadas conductas.-
Skinner utilizó en sus experimentos la técnica de las aproximaciones
sucesivas, es decir reforzar conductas que tendían a acercarse al proceder
buscado, para inducir el comportamiento operante que deseaba. Ese procedimiento
de enseñar paso a paso lo que se quiere que el otro aprenda se denomina
moldeamiento.
- Tanto Skinner como Pavlov, se opusieron a todo mentalismo y obstinadamente
dejaron de lado la influencia de los procesos cognitivos (percepciones,
expectativas, pensamientos) y las predisposiciones biológicas sobre
el aprendizaje. Investigadores modernos, en cambio, los han tomado en
cuenta y han incorporado estaciones y enlaces de tipo cognitivo entre
estímulos y respuestas. Se ha comprobado, por ejemplo, que los animales
realizan asociaciones entre episodios sobre todo si el segundo es significativo
y el primero lo predice o que lo que se aprende o condiciona son, en
realidad, expectativas de ocurrencia y no ocurrencia de un fenómeno.
También se comprobó que se puede saber por saber, es decir que se pueden
realizar aprendizajes sin recompensas, en los que intervienen procesos
cognitivos más allá de las simples asociaciones generando un conocimiento
que queda latente y solo se pone en evidencia cuando hay un incentivo
para demostrarlo. Todo ello demuestra la participación de los procesos
cognitivos en los aprendizajes.
- Por otra parte los organismos se encuentran filogenéticamente preparados
para realizar ciertas asociaciones con mayor facilidad y otras con mayor
dificultad (Seligman) especialmente cuando estas asociaciones se encuentran
en la base de su supervivencia o adaptabilidad al ambiente. Esta predisposición
explicaría por que los miedos se asocian con más facilidad a animales
o al encierro que a pijamas o a pelotas de fútbol. Y también las diferencias
en la edad de comienzo de las fobias; las fobias a los animales tienen
una edad de comienzo temprana (alrededor de los 7 años) lo que resulta
lógico ya que los niños son particularmente vulnerables a las agresiones
de animales, mientras que las fobias sociales poseen una edad de comienza
más tardía, durante la adolescencia, cuando los individuos son evaluados
por los demás en sus esfuerzos por asegurarse un lugar en la sociedad.
Memoria
Prof. Dr. Miguel Márquez Dr. Luis Ignacio Brusco
El proceso cognitivo mediante el cual procesamos información incorporándola
a nuestro cerebro, codificándola, almacenándola y, después, recuperándola
se denomina memoria. La memoria es responsable de funciones muy diferentes
por lo que resulta útil definir ciertos conceptos antes de proponer
un modelo único en el que todas las funciones se encuentren satisfactoriamente
incorporadas.- El concepto de memoria a corto plazo ha ido perdiendo
terreno frente al de memoria operativa o memoria de trabajo, el que
hace referencia a un sistema muy complejo, cuyo funcionamiento operativo
- incluye la manipulación de la información sobre nuestra experiencia
actual- es mucho más importante que el almacenamiento. La memoria de
trabajo tiene capacidad y duración limitadas. En general se acepta que
puede retener siete más-menos dos unidades de información durante 20
segundos. Se encuentra compuesta por un ejecutivo central, que es en
realidad un sistema de control atencional encargado de seleccionar las
estrategias para procesar la información de entrada. Por tanto juega
un papel importante en las tareas cognitivas esenciales: aprendizaje,
razonamiento, comprensión. En cambio su capacidad de almacenamiento
es muy limitada y, cuando se ve superada, recurre a subsistemas tales
como el bucle fonológico que opera sobre la información basada en el
habla y el la agenda visuoespacial que es la encargada de la creación
y manipulación de imágenes visuales. La memoria a largo plazo puede
dividirse en dos formas según el tiempo en el que se haya gravado: anterógrada
o inmediata (menos de 10 minutos) y retrógrada o mediata (por tiempo
prolongado) y tiene una capacidad esencialmente ilimitada que permite
almacenar grandes cantidades de información. Contiene nuestros recuerdos
autobiográficos, el conocimiento del mundo real y de sus representaciones
a través del lenguaje y sus reglas y del significados de los conceptos.
No es un sistema único o unificado; su extraordinaria complejidad ha
hecho necesaria algunas distinciones adicionales Está compuesto al menos
por dos subsistemas: Las memorias explícitas (declarativa, del saber
qué se sabe) Las memorias implícitas (no declarativa, del saber cómo
se sabe). La primera comprende la memoria de la información general,
de los conocimientos, denominada memoria semántica, y la memoria de
la autobiografía, de los hechos vividos personalmente contextualizados
en tiempo y espacio, que es la memoria episódica. La implícita, que
es la memoria de los procedimientos (habilidades motoras y cognoscitivas)
y de las disposiciones, de denomina memoria procedural o procedimental.
La memoria implícita es, generalmente, subcortical, tiene relación con
circuitos cerebelosos y se sustenta en mecanismos del condicionamiento
clásico. La memoria declarativa es predominantemente cortical y sus
mecanismos de registro y búsqueda de engramas se asientan en las regiones
mediales del lóbulo temporal (hipocampo y amígdala) y del diencéfalo
(cuerpos mamilares, núcleo mediodorsal del tálamo). Engrama es el conjunto
de cambios neuronales que se producen en los mismos circuitos, sensoriales
o asociativos, que procesan la información. Los engramas son aprendizajes
y comprenden cambios bioquímicos y estructurales más o menos permanentes
en los circuitos neuronales participantes. En líneas generales representan
una modificación de la eficacia sináptica de dichos circuitos. Los engramas
de la memoria no tiene localización cerebral; son uno de los resultados
del procesamiento de la información y una de las pruebas de dicho procesamiento.-
La mente selecciona solo una parte de la información a la que accede.
¿Qué determina qué recordaremos y qué olvidaremos?. Una respuesta probable
es que la selección depende de una correcta o incorrecta codificación.
Y qué hace que atinemos o no a codificar?. Muy posiblemente la activación,
simultánea al procesamiento informativo, de los sistemas motivacionales
límbicos. Se recuerda aquello que, por la razón que sea, ha tenido agregado
un componente emocional, consciente o inconsciente, provisto por el
individuo y su historia o por la especie y su historia. Aquello que
se presenta de interés para el individuo o la especie, por cualquier
circunstancia, seguro recibirá un tratamiento preferencial que permitirá
su adecuada codificación para un mejor almacenamiento y una correcta
búsqueda.- Esto depende de la integridad de los circuitos motivacionales
vinculados al circuito límbico. Las partes de este sistema que más influyen
sobre el proceso de la memoria son :la formación reticular, el septum,
la amígdala, el hipocampo y ciertas porciones del hipotálamo. El flujo
de información esta modulado por la proyección colinérgica del núcleo
basal de Meynert al neocórtex y desde el septum hacia el hipocampo.
También las proyecciones noradrenérgicas desde el locus coeruleus y
beta-endorfínicas desde el hipotálamo participan en la fijación de la
memoria. El nivel de ansiedad regula la incorporación de la misma y
las influencias hormonales como las provistas por ACTH, las catecolaminas
circulantes y la vasopresina modulan la memoria por acción a nivel de
la formación reticular. Esto controlaría la posibilidad de fijar u olvidar
como un valor homeostático. Desechar la mayor parte de la enorme masa
de información que segundo a segundo registran nuestros sentidos y procesa
nuestra mente nos permite olvidar. En cada instante, en cada lugar habitado
del mundo, una inconcebible cantidad de elementos de todo tipo se desprende
de la historia y se sumerge en el olvido. No debe dejarse de mencionar
la enorme capacidad adaptativa del olvido. Sin ella es más difícil abstraer,
razonar, pensar y, sobre todo, resolver y actuar. Jorge Luis Borges
tuvo que condenar a la parálisis a Funes, el memorioso, para poder simplemente
imaginar a alguien sin capacidad de olvidar. Un recuerdo es la expresión
cognitiva de los engramas mnésicos; un elemento almacenado gracias a
una red de asociaciones. Para recuperar un recuerdo es necesario identificar
los hilos asociativos que lo conducen al mismo o ubicarse en el contexto.
En eso se basan las pruebas de la memoria. Aquellas pruebas en las que
el tiempo entre la presentación del material y su recuperación es menor
de 30 segundos evalúan la memoria operativa o de trabajo. Cuando el
intervalo se extiende hasta 10 minutos, aproximadamente, se trata de
pruebas de la memoria inmediata o anterógrada e implica al hipocampo,
amígdala, tubérculos mamilares y núcleo mediodorsal del tálamo; aquellas
en las que la recuperación se pierde tras intervalos temporales más
amplios se denominan pruebas demoradas y corresponden a la memoria mediata
o retrógrada que es el resultado de un proceso en paralelo y generalizado
de la memoria en los mismos circuitos neurales que procesan la información
sensorial de alto orden. Estas pruebas pueden ser directas, en la que
el sujeto debe dar cuenta de los sucesos pasados, o indirectas, las
que solo requieren alguna indicación de la influencia de esos sucesos
en su existencia, aún sin aludir a la experiencia original almacenada
ya que lo que se busca es encontrar pruebas de que el suceso pasado
ejerció alguna influencia sobre el presente. Entre las pruebas directas
se incluyen las de aprendizaje en serie o de pares asociados, las de
reconocimiento de material presentado mezclado con material nuevo, el
recuerdo libre o el recuerdo con indicios. Entre las indirectas deben
mencionarse las pruebas de conocimiento del procedimiento, las pruebas
de respuesta evaluativa y las pruebas de cambios conductuales. Una prueba
indirecta que evalúa la memoria implícita consiste en el adiestramiento
para leer palabras en espejo. Los pacientes con amnesia declarativa
(explícita) pueden adquirir la habilidad y retener la memoria del procedimiento,
aunque sin recordar siquiera que han sido entrenados. Amnesias y demencias
La amnesia retrógrada es la imposibilidad de recordar el pasado. En
el caso de la amnesia postraumática o producida por la terapia electroconvulsiva
los olvidos se realizan en el sentido del eje temporal autobiográfico;
son recuerdos que no se pierden (no se borran ni se olvidan) sino que
se hacen inaccesibles a pesar de estar disponibles en la memoria. En
cambio es severa en la demencia del tipo Alzheimer (DTA), y más severa
a medida que progresa la enfermedad. Hay pérdida de los recuerdos recientes
y del comienzo de la edad adulta con relativa conservación de los de
la niñez y es tanto semántica como episódica. Se debería a una interrupción
en la recuperación de los recuerdos por lesión de los circuitos frontales.
- La amnesia anterógrada es la dificultad o imposibilidad de retener
información nueva, aunque los recuerdos previos al comienzo de la enfermedad
y la capacidad de evocarlos se mantienen.
- El síndrome amnésico consiste en el déficit global y permanente de
la capacidad para adquirir información nueva debido a alteraciones cerebrales,
con una preservación de la capacidad para mantener la atención, la evocación
de la información remota, las restantes funciones cognitivas y sin que
haya otros deterioros intelectuales (nivel del CI, lenguaje, procesos
de atención y perceptivos, destrezas previas a la lesión). La amnesia
es básicamente anterógrada y puede estar acompañada o no de amnesia
retrógrada. La memoria de trabajo funciona normalmente. Cualquier agente
que dañe el circuito hipocampo-fórnix-cuerpos mamilares-tálamo puede
producir un trastorno amnésico permanente: traumatismos, síndrome de
Wernik-Korsakof, accidentes cerebrovasculares, neoplasias, encefalitis
herpética, anoxia, intervenciones quirúrgicas. De manera transitoria
el síndrome amnésico puede presentarse en crisis epilépticas, episodios
isquémicos cerebrales o el síndrome conocido como amnesia global transitoria
(AGT). Este último consiste en el inicio súbito de una amnesia anterógrada
que se mantiene en promedio 4 horas. No se conocen sus causas aunque
se ha implicado a tromboembolismos, migraña, epilepsia y la sobredosis
de medicamentos entre su posible etiopatogenia. Las imágenes mediante
TC o RMN son normales, pero los estudios de flujo sanguíneo cerebral
han mostrado disminución del mismo en las regiones hemisféricas posteriores
o temporales inferiores. Los amnésicos tienen un bajo rendimiento en
las pruebas tradicionales de recuerdo y reconocimiento, especialmente
en las primeras palabras de la lista. Sin embargo son capaces de algunos
aprendizajes y de beneficiarse con los fenómenos de facilitación, adquirir
destrezas y habilidades perceptivo-motoras o cognitivas.- El término
demencia define a un síndrome adquirido de alteración intelectual persistente
que compromete la función de múltiples esferas de la actividad mental
tales como la memoria, el lenguaje y otras funciones cognitivas, las
habilidades visoespaciales, las emociones y la personalidad. Son debidas,
en general a una serie de cambios cerebrales degenerativos que producen
un deterioro crónico y progresivo. Los trastornos de la memoria son
el primer síntoma pero, a medida que avanza la enfermedad, el declive
intelectual y emocional se hace más grave. Los trastornos iniciales
corresponden a la memoria episódica, especialmente inmediata. Cuando
la enfermedad progresa, se afecta la también la memoria semántica. Más
adelante aparecen síntomas afásicos, apráxicos (imposibilidad para organizar
y efectuar tareas motoras) y agnósicos (dificultad en los reconocimientos
e identificaciones).
- Una forma útil, desde el punto de vista anátomo-clínico, de caracterizar
a las demencias es diferenciándolas en corticales y subcorticales. Algunos
autores incluyen un tercer grupo de demencias -axiales- dependientes
de lesiones localizadas en las estructuras mediales del lóbulo temporal,
hipocampo, cuerpos mamilares e hipotálamo que presenta graves defectos
retentivos, desorientación amnésica, despreocupación y falta de iniciativa,
equivalente al síndrome amnésico descripto más arriba. La clínica de
las demencias corticales refleja la presencia de cambios degenerativos
en la corteza cerebral y evidencia amnesia, afasia, apraxias y agnosias.
Son evidentes las dificultades en la memoria operativa o de trabajo,
probablemente por alteración del ejecutivo central atencional, con gran
deterioro cuando se les pide que realicen dos tareas a la vez. Las tareas
directas de la memoria se encuentran alteradas y en las de recuerdo
libre y reconocimiento se comporta como un sujeto amnésico. En cambio
los pacientes muestran capacidad para el aprendizaje de habilidades.
El ejemplo típico es el de la demencia tipo Alzhaimer (DTA) (Alois Alzhaimer
1907). Esta enfermedad se caracteriza, macroscópicamente, por atrofia
cortical y aumento del tamaño de los surcos cerebrales y de los ventrículos.
Microscópicamente presentan ovillos neurofibrilares intracelulares de
parejas de fragmentos helicoidales que contienen microtúbulos fosforilados
con proteínas asociadas, degeneración granovacuolar intracelular (especialmente
en el hipocampo), placas seniles extracelulares constituidas por un
cuerpo de amiloide péptico y aluminosilicatos rodeados de restos de
terminales neuríticas y angiopatía amiloidea idéntica a la de las placas
neuríticas. Parece estar probada la intervención del amiloide beta (beta
A4) y su precursor proteico (beta APP) en la enfermedad; el evento primario
de la DTA consiste en el depósito anormal de beta APP y beta amiloide,
que por acción neurotóxica induce un aumento de su propia síntesis y
un aumento de dicho depósito. El comienzo de la cadena patogénica podría
depender de una alteración derivada de la síntesis de la acetilcolina.
La DTA tiene componentes heredofamiliares; el cromosoma 21 contiene
el gen para la proteína precursora del amiloide, lo que explica la concordancia
entre la DTA y el síndrome de Down (trisomía del par 21). A pesar de
ello el locus del amiloide se asocia muy débilmente con la DTA en diferentes
genealogías familiares y, en cambio, una ubicación adicional en los
cromosomas 19 y 14 parece estar implicada en la demencia familiar. Sin
embargo el hecho de que la concordancia de gemelos monocigóticos y dicigóticos
de pacientes con DTA sea idéntica (40%), abre la posibilidad de una
interacción entre factores genéticos y ambientales.- No hay pruebas
directas de laboratorio para diagnosticar DTA por lo que el diagnóstico
se apoya en las imágenes cerebrales. La TC y la RMN muestran la atrofia
cortical; sin embargo pueden observarse lesiones análogas en individuos
no dementes y algunos pacientes con DTA tienen imágenes parecidas a
las normales. En cambio tanto la tomografía computada por emisión de
fotones simples (SPECT) como la tomografía por emisión de positrones
(PET) muestran una disminución bilateral característica del flujo sanguíneo
cerebral (FSC) en los lóbulos parietal y temporal posterior, indicadores
de una hipofunción del córtex témporo parietal posterior en las primeras
etapas de la DTA, con una implicación tardía del lóbulo frontal. Las
corteza motora primaria, visual y sensorial así como los ganglios basales
muestran un FSC normal.- Los cambios patológicos más severos se producen
en el lóbulo temporal medial incluyendo el hipocampo, la amígdala, el
córtex entorrinal y el giro parahipocámpico. También se afectan zonas
de los lóbulos frontal y parietal y hay una disminución del número de
neuronas colinérgicas en el núcleo basal de Meynert.
- La demencia vascular (DV) es debida a accidentes cerebrovasculares
producidos por diversos mecanismos (infartos lacunares subcorticales,
infartos múltiples periventriculares, embolias cerebrales, etc.) cuyo
efecto dementizante y exteriorización clínica depende más de la localización
del daño cerebral que del volumen total del de tejido cerebral implicado
o el número de lesiones. A veces las lesiones se producen en un cerebro
afectado por la enfermedad de Alzhaimer, lo que multiplica el deterioro.
Sus características clínicas dependerán básicamente de la localización
de las lesiones cerebrales post ACV.
- Los síntomas de las demencias subcorticales son el resultado de una
disfunción en las estructuras profundas de la sustancia gris y blanca,
incluyendo los ganglios basales, el tálamo, los núcleos de la base y
las proyecciones de estas estructuras hacia el lóbulo frontal. Se encuentra
alterado el nivel de vigilancia, la atención y se dificulta el procesamiento
de la información. A la exploración se observa retardo psicomotor, dificultades
en la evocación, pobre abstracción, dificultades en la capacidad para
desarrollar estrategias y alteraciones del afecto y la personalidad
(depresión y apatía). Parecen tener preservada la capacidad de codificación
semántica (por lo que pueden recordar hechos olvidados si se le suministran
las claves correctas) y la memoria de reconocimiento, pero no tienen
capacidad para aprender procedimientos nuevos. Se acompañan de síntomas
neurológicos son cuadros clínicos paradigmáticos la demencia secundaria
al HIV, la enfermedad de Parkinson o la corea de Hungtington. Esta última
es enfermedad transmitida genéticamente por un mecanismo autosómica
dominante y presenta a la TC o la RMN una atrofia del cuerpo estriado,
la cabeza del núcleo caudado y el putamen. Las imágenes no diferencian
absolutamente la enfermedad de Hungtington de otras patologías extrapiramidales
y son claramente positivas solo cuando la enfermedad ya se ha establecido.
En cambio la TEP o el SPECT, revelando la disminución del metabolismo
glucídico o del un flujo sanguíneo regional, permiten hacer el diagnóstico
aún antes de la aparición de los síntomas clínicos de la enfermedad.
La ansiedad y sus trastornos
Prof. Dr. Miguel Márquez
Introducción
El
hombre es un organismo altamente especializado y capacitado para lograr
sus metas, objetivos y propósitos. Para ello actúa, y sus acciones,
desde reflejos muy simples hasta conductas muy elaboradas, siempre constituyen
interacciones. Interactuando con el entorno, con otros hombres y sus
producciones o con él mismo, mediante el particular manejo que del mundo
y del tiempo hace la subjetividad, el hombre genera, realiza, participa
y observa hechos y eventos. La cadena de eventos en la que el sujeto
participa desde su nacimiento construye la identidad de cada ser humano,
su coherencia. Y, desde ella cada hombre vuelve a participar de otros
hechos nuevos que mantienen su identidad o que la modifican. Son estos,
los eventos con significación y plenos de sentido, los que habitualmente
ocupan a la psicología. Sin embargo todos y cada uno de los hechos del
hombre, los más y los menos significativos, comparten ciertas bases
psicobiológicas y generan efectos psicosociales que constituyen gran
parte de la corriente de vida psíquica de cada uno de nosotros durante
toda la vida. Cada uno de nuestros sucesos de vida produce efectos en
los que deben distinguirse algunos motivacionales, que actúan favoreciendo
o desfavoreciendo la producción y/o repetición de determinados comportamientos
y otros emocionales expresados en estados que preceden o siguen a su
presentación. Las motivaciones son necesidades o deseos que guían y
organizan la conducta de los hombres y la dirigen hacia un objetivo;
son tendencias a la acción y en todos los casos implican necesidades,
activación y saciedad. Las motivaciones son estados internos, en realidad
inferencias, que se utilizan para explicar la intensidad y la dirección
de ciertos comportamientos. Una emoción hace referencia a nuestros sentimientos
y estados de ánimo y a la forma en que ellos se expresan en nuestros
comportamientos. Tradicionalmente se suponía que la observación o participación
en un hecho significativo generaba una experiencia consciente subjetiva
en la corteza cerebral, la que desencadenaba señales que partían hacia
los órganos periféricos, responsables últimos de los componentes corporales
de la emoción. James y Lange propusieron, a principios de siglo, una
hipótesis alternativa; la experiencia subjetiva se produciría después
de que la corteza recibiera la información de cambios en el estado fisiológico
del organismo. Desde ellos la emoción es una respuesta cognitiva a la
información que procede de la periferia (no lloramos porque estamos
tristes, estamos tristes porque lloramos). Por su parte Cannon y Bard
plantearon, en los años 40 y 50, que las estructuras subcorticales intervienen
decisivamente en mediar las emociones, informando a la corteza lo requerido
para la percepción subjetiva de las emociones y coordinando la regulación
de las respuestas periféricas. En los últimos tiempos hay coincidencia
general en que la conducta emocional es producto de la interacción de
factores periféricos y centrales. Schatcher propuso que la corteza desarrolla
un papel activo para elaborar la información que le llega de la periferia
de manera congruente con las expectativas del individuo y el contexto
social. Para éste y otros investigadores como Damasio y Kandel, la emoción
es una historia que el encéfalo inventa para explicar las reacciones
corporales. Así la emoción puede definirse como estados del SNC, derivados
de un cierto tipo de eventos que tienen significación suficiente como
para que un sujeto active mecanismos psicobiológicos particulares. Sean
lo que sean los fenómenos emocionales, la ansiedad, es el paradigma
de lo que se entiende por emoción. Es la que ha permitido al hombre
la mejor y más efectiva acomodación al ambiente y ha jugado un rol principalísimo
en el desarrollo de la experiencia humana. Se presenta en la conciencia
planteando anticipaciones que no se dan en el resto del reino animal
y ello ocurre en la medida en la que los mecanismos básicos comunes
se superan mediante el procesamiento de información verbalmente codificada
que permiten a la ansiedad humana posibilidades adaptativas casi infinitas.
Ocupa un lugar tan central que muchos organizan sus esquemas teóricos
como si fuera la única emoción. Sin embargo parecería que es posible
recortar la ansiedad de las otras ya que se asume que para cada emoción
dada, una vez que ha podido ser definida con propiedad, le corresponde
un sistema cerebral más o menos determinado. Se ha propuesto que los
ganglios basales y el sistema límbico constituyen el mecanismo general
para las acciones que procurarán objetivos y generarán efectos y consecuencias
motivacionales y emocionales. Modelo motivacional general En líneas
generales, se puede afirmar que los aspectos cognitivos de la actividad
humana dirigida al logro de metas y resultados, los que tienen que ver
con el reconocimiento del objetivo como tal y la evaluación de los resultados
de la acción, se desarrollan en relación con el sistema límbico. Los
aspectos motores, es decir el establecimiento y la ejecución de los
programas motores dirigidos a un determinado objetivo, se organizan
en vinculación con los ganglios basales. La coordinación superior de
estas actividades en tiempo real (tarea específica de la memoria de
trabajo) se encuentra bajo el control de la corteza frontal. Esto es,
obviamente, una simplificación extrema. Son solo los trazos gruesos
en cuyo marco se deben ejecutar y coordinar un conjunto de funciones
subsidiarias. Las metas deben ser reconocidas como tales; los objetivos
biológicas esenciales (refuerzos positivos o recompensas tales como
comer, beber, etc.) son dados de manera innata. Pero en el hombre se
socializan hasta tales extremos que quedan disimulados como tales y
si bien su consecución se encuentra garantizada en el contexto de sociedades
con cierto desarrollo, el proceso de obtenerlos insume una enorme cantidad
de estaciones intermedias. Por otro lado el hombre tiene un conjunto
de objetivos o metas que son psicosociales y generan efectos motivacionales
tan intensos (o más) que los biológicos. Motivado, literalmente empujado
por necesidades y deseos el hombre debe ir donde, en espacio y tiempo,
los objetivos puedan ser encontrados. Y para hacer esto, es necesario
establecer una serie de subobjetivos relacionados que le permitan diseñar
conductas de aproximación (gradiente de metas Hull 1943). Este proceso
consiste en la formación de asociaciones entre estímulos inicialmente
neutrales, o señales, y los refuerzos positivos innatos. Las señales
son, a partir de ahora, refuerzos secundarios positivos y se utilizan
para establecer una cadena infinita de nuevos refuerzos habitualmente
socializados y verbalmente codificados, la que muchas veces, termina
por ocultar los primeros objetivos. En ambientes en los que no existen
elementos como para iniciar estos gradientes se activan mecanismos exploratorios
muchas veces innatos pero también aprendidos, que llevan a la búsqueda
de los objetivos en ausencia de un conocimiento previo de su localización,
impulso éste que podríamos llamar sin dificultades, motivacional. Este
mismo proceso, que en el fondo es un aprendizaje, se puede realizar
en relación a resultados indeseables (refuerzos negativos o castigos)
tales como dolor o la proximidad de peligro, y ello se logra a través
de mecanismos asociativos idénticos. Hay mucha evidencia de que un rol
central en este proceso de aprendizaje de señales de refuerzo, tanto
para las positivas como para las negativas, es desempeñado por neuronas
de la amígdala. Sistema de aproximacion conductual Una vez que las asociaciones
se formaron se ejecutan comportamientos de aproximación (cualquier conducta
que aumente las posibilidades de ocurrencia de la señal en tiempo o
espacio) si es un refuerzo positivo o de escape o evitación si es un
refuerzo secundario negativo. El ambiente es lo suficientemente complicado
como para que se formen largas cadenas de refuerzos secundarios relacionados
para llegar a obtener conductas efectivas de aproximación o evitación.
La información concerniente a esas cadenas debe ser transmitida desde
el lugar en el que se establecen inicialmente (amígdala) al sistema
motor en los ganglios basales. Este paso parece realizarse a través
de proyecciones desde la amígdala al n. accumbens. El n. accumbens recibe
información acerca de refuerzos secundarios tanto positivos como negativos
y Gray propuso que usa esa información para establecer la secuencia
de subobjetivos y definir la sucesión de pasos motores que son requeridos
para lograr el objetivo. El contenido sensoriomotor detallado de cada
paso estaría en el sistema estriado dorsal, que relaciona el
caudado-putamen con las cortezas sensoriales y motoras, con los núcleos
ventral anterior y ventral lateral del tálamo y con el pálido dorsal.
Si asumimos que las neuronas del caudado/putamen, en conjunto, reciben
información del n. accumbens (indirectamente a través de núcleo dorsomedial
y la corteza prefrontal) parece verosímil que la lista de subobjetivos
que están en el n. accumbens puede ser trasladada en una secuencia de
pasos sensoriomotores detallados al caudado putamen y sus conexiones
talámicas, palidales y corticales. El comparador El proceso siguiente
consiste en que cada paso sea monitoreado para estar seguros que el
subobjetivo haya sido logrado. Gray propone que el monitoreo o proceso
comparador es mediado por el sistema septohipocámpico (SSH) y el circuito
de Papez asociado mediante un loop desde el subículo (la mayor estación
de salida del SSH), vía los cuerpos mamilares, el tálamo antreroventral
y la corteza cingulada volviendo al subículo. La información acerca
del estado actual del mundo externo es analizada primero por los sistemas
sensoriales del neocórtex y luego van, vía el lóbulo temporal (más específicamente
vía las cortezas perirrinal y parahipocámpica) a la formación hipocámpica
(donde es recibida primero por la corteza entorrinal). La información
recibida por la formación hipocámpica es procesada de manera multimodal
y altamente abstracta. Hipotéticamente el comparador funciona de un
modo tal que, si los estímulos concuerdan, el control de la conducta
lo ejercen rutinariamente otros mecanismos cerebrales. En cambio, si
los estímulos no concuerdan por la aparición de una novedad, o si se
trata de estímulos de castigo o de ausencia de recompensa, se genera
ansiedad (normal), se activan patrones conductuales adaptadas a los
estímulos ansiógenos y se hace conciente la percepción de la emoción.
En los trastornos ansiosos el comparador relaciona de manera disfuncional
los estímulos actuales con los esperados. Para funcionar adaptativamente,
el comparador debe tener acceso y procesar mucha información. Ella proviene
tanto de los acontecimientos sensoriales actuales como de los eventos
esperados. Debe tener, además, información acerca de los probables futuros
comportamientos, es decir, sobre planes motores y de los cambios que
alguna vez produjeron, en el contexto, programas motores ya ejecutados.
Hay entonces cuatro elementos que evalúa el comparador: El estado presente
del ambiente exterior, El pasado almacenado como regularidades ambientales,
La intención futura del programa motor y Las relaciones entre los programas
motores realizados y los cambios producidos en el ambiente que se encuentra
almacenado en la memoria. Todo ello conduce a una predicción que, a
su vez, debe ser contrastada con la realidad. La información procedente
del mundo exterior, ya procesada en las áreas asociativas, entra al
sistema septo hipocámpico a través de la corteza entorrinal (en el lóbulo
temporal) que recibe información de las áreas corticales y la envía
a la formación hipocámpica. Los datos llegan a las células granulares
del giro dentado a través de la vía perforante, por las fibras musgosas
a la zona CA3, mediante las colaterales de Schaffer al área CA1 y finalmente
al subículo que es la principal vía de salida. Una característica de
este sistema (Gray) es el hecho de que entre las células granulares
del dentado y las células CA3 parece existir una barrera que a veces
potencia y a veces decrementa (habituación) los estímulos. La potenciación
dependería de la entrada al sistema septo-hipocámpico de influencias
noradrenérgicas provenientes del locus coeruleus. La participción de
la corteza prefrontal en la conducta emocional parece ser filogenéticamente
muy antigua. Hay vías prefrontales a la corteza entorrinal, el hipocampo
y el área septal y hacia la corteza cingulada y el hipotálamo donde
también proyecta el subículo, cerrándose el círculo. Como la corteza
prefrontal tiene tanta importancia en la organización y ejecución de
los programas motores parece lógico, que la proyección prefrontocingulada
sea la vía de entrada de la información sobre los planes motores para
hacer predicciones que luego se enviarán al subículo. El área prefrontal
es rica en terminales dopaminérgicas. Se piensa que esta inervación
dopaminérgica constituye un input modulador que es importante para el
almacenamiento de la memoria funcional (de trabajo). Una alternativa
posible, planteada por la escuela inglesa, es que la corteza prefrontal
haya tomado el control del sistema septro hipocámpico en el hombre,
pero a través de los sistemas corticales del lenguaje. Esto avalaría
las descripciones (por ejemplo de Damasio) acerca de personas con lesiones
prefrontales que son tan capaces de describir las reglas para guiar
su conducta como incapaces de seguirlas. Es como si la lesión prefrontal
impidiera que la formulación de una regla codificada verbalmente influyera
sobre la conducta prescripta por la regla. También se explicaría la
mejoría de ciertos síntomas ansiosos mediante cirugía que corta las
conexiones prefrontales-cinguladas con el cerebro límbico. Se interrumpiría
la vía que, desde la corteza prefrontal, sería una señal de alarma alternativa
que actúa en reemplazo de o en tándem con las aferencias monoaminérgicas
más antiguas que activan el sistema septohipocámpico. Esta vía, sería
responsable de síntomas relacionados con mecanismos lingüísticos tales
como la asociación semántica, del tipo de los obsesivos o los fóbicos
generalizados. La información sobre el mundo debe ser comparada con
las predicciones acerca del estado del mundo. El modelo (Gray 1982/1997)
propone que el sistema encargado de hacer predicciones es el loop de
Papez y que el proceso comparador es llevado a cabo por las neuronas
subiculares del hipocampo. Él hipocampo participa en la psicobiología
de la ansiedad mediante dos funciones esenciales: la mediación de distintas
clases de memoria y su intervención en la cognición espacial. Las más
populares teorías sobre el hipocampo han tendido a considerar aisladamente
su función mnésica y han distinguido entre tipos específicos de memoria:
de trabajo/de referencia, declarativa/procedural, espacial/taxonómica,
relacional/asociativa, contextual/discreta. En esta lista el primer
miembro de cada par se supone ligado a las funciones del hipocampo.
Esta concentración del interés en la memoria no es sorprendente porque
las lesiones que involucran al hipocampo producen amnesia y porque el
hipocampo es el lugar de elección para demostrar la potenciación a largo
plazo, un sustrato putativo de la memoria. Pero parece que se trata
de un error. La falla de éstas teorías radica en el hecho de que todas
imaginan al hipocampo como creando alguna clase de memoria. Por lo pronto
el hipocampo no es el depósito final ni siquiera de aquellos tipos de
memoria en la que parece estar involucrado. Además, la potenciación
a largo plazo puede ser obtenida en muchas regiones sino en todas del
SNC y hasta se ha propuesto (Goddard) que se ve fácilmente en el hipocampo
porque es uno de los pocos lugares en la que ella no ocurre en condiciones
fisiológicas mientras que otras áreas muestran menos potenciación experimental
porque su sinapsis está al borde de la saturación. Sin embargo, el hipocampo
es importante para la performance de la memoria no porque actúa almacenando
información correcta, sino porque previene el almacenamiento o la búsqueda
de información incorrecta. Toda memoria es una función de la actividad
y plasticidad de áreas neocorticales y subcorticales apropiadas y la
aparente función de memoria intermedia del hipocampo deriva del hecho
de que éste sistema previene la confusión durante el estado de consolidación
más que almacenando temporariamente la información durante este período
intermedio. Esta hipótesis es la misma que plantean Weiskrantz y Warrington
al afirmar que las lesiones del hipocampo afectan las tareas con alto
grado de interferencia. El efecto del procesamiento llevado a cabo por
el hipocampo bajo ciertas condiciones es el de suprimir, activamente,
la formación de memorias incorrectas (o inhibir programas motores que
conducen a objetivos incorrectos). Nótese que en estos casos las funciones
mnemónicas del hipocampo son la consecuencia natural de la no-mnemónica
función de resolución de conflictos la que es realizada por el sistema
septo hipocámpico bajo condiciones que generan ansiedad. El hipocampo
puede ser involucrado a menudo en tareas que requieran la memoria de
trabajo no debido a que actúa como esa memoria en sí mismo sino porque
esas tareas de evaluación y comparación son generadoras de interferencias,
por lo que el hipocampo será requerido para suprimir los patrones de
descarga inapropiados. La ansiedad es consecuencia de un mecanismo que
debe ser perfecto o casi perfecto ya que las demandas adaptativas exigen
una sintonía extremadamente fina para permitir el ajuste comportamental
que conduzca al logro de buenos resultados. Otra función del hipocampo
es la del análisis espacial; se supone que la función general del comparador
de detectar estímulos insperados, establecer predicciones para su futura
ocurrencia, interactuar con los programas motores en curso (interrumpiendo
aquellos que llevan a situaciones de conflicto y no los que llevan al
logro de objetivos) y con sistemas exploratorios capaces de reducir
la incertidumbre ambiental, todo lo que puede servir tanto para construir
y modificar mapas espaciales como para detectar amenazas y modificar
planes motores. No es pensable que el hipocampo esté involucrado en
el análisis espacial y la ansiedad por casualidad. Hay una íntima relación
entre estas dos funciones una cognitiva y la otra emocional. La conducta
más sensible a los ansiolíticos es la evaluación del riesgo, esto es
la exploración del espacio que puede contener una amenaza. No tiene
sentido elegir entre entender esta conducta como un análisis espacial
o como ansiedad; es las dos cosas simultáneamente. Así, la relación
entre el análisis espacial y la ansiedad es filogenéticamente muy antigua
y persistente. En las jererquías comportamentales el hipocampo es involucrado
recién cuando se llega a lo que definiríamos como peligro potencial
con conflicto. Esta situación, bajo ciertas circunstancias es de resolución
de conflictos; definir cual de las tendencias de respuestas en competencia
en ese momento es más apropiada en el contexto determinado y cuáles
no lo son, e inhibir las inapropiadas. El estado emocional ligado a
las operaciones de este sistema es la de ansiedad. Al final de cada
ciclo predictivo las neuronas subiculares responsables del proceso comparador
toman una decisión; si todo está bien se inicia un nuevo ciclo predictivo,
asociado con el siguiente análisis del estado actual del mundo. Si hay
un conflicto entre la acción preplaneada y la acción requerida por la
actual situación o si hay predicciones conflictivas o cuando el subobjetivo
ha sido asociado recientemente con un refuerzo negativo y desde allí
hay una aproximación conflictiva o requerimientos evitativos, el programa
motor es interrumpido. Entonces el sesgo de la selección de información
debe ser dirigido a la resolución de problemas planteados por el conflicto.
Esa resolución requiere conductas exploratorias dirigidas hacia el estímulo
nuevo o conflictivo, junto con la elaboración de un nuevo programa motor.
Es probable que esos outputs desde el subículo son mediadas por sus
proyecciones al n. accumbens. La ansiedad La ansiedad puede entenderse
como producto de la actividad del sistema de inhibición conductal. Los
inputs mayores son estímulos que amenazan con castigos o con no-recompensas,
los estímulos novedosos y/o ambiguos y los estímulos de miedo innato
(incluyendo aquellos que aparecen durante la interacción con otros sujetos).
Los outputs más importantes, son la inhibición de la actividad motora
en curso tanto la consumatoria como la dirigida a obtener recompensas,
el incremento de los niveles de alerta y el aumento de la atención en
el ambiente, especialmente a las novedades del ambiente. Este sistema
se apoya, neuroanatómicamente, sobre el sistema septohipocámpico (SSH),
es decir el área septal, la formación hipocámpica y sus interconexiones;
el circuito de Papez -yendo desde el subículo en la formación hipocámpica
hacia los cuerpos mamilares, el tálamo anterior, la corteza cingulada
y volviendo al subículo- los inputs corticales hacia el SSH desde las
cortezas entorrinal y prefrontal, los inputs noradrenérgicos, colinérgicos
y serotoninérgicos ascendentes hacia el SSH, los input ascendentes dopaminérgicos
a la corteza prefrontal, la inervación noradrenérgica del hipotálamo
y quizás las fibras descendentes noradrenérgicas del locus ceruleus.
El SSH junto con el área entorrinal y al circuito de Papez funcionan
como el predictor. En el hombre la información almacenada a la que accede
el comparador es en parte verbal. Las relaciones bidireccionales entre
el SSH y las áreas neocorticales del lenguaje permiten que éste funcione
más o menos independiente de los inputs biológicos puros. En esta interacción
entre el SSH y las áreas del lenguaje el que permite al primero jugar
un rol importante en las funciones cognitivas humanas, en las que participan
las cogniciones de ansiedad, aún cuando no se encuentren coloreadas
afectivamente. En este rol la capacidad del hipocampo para el análisis
multidimensional de los estímulos y respuestas es particularmente importante.
Los trastornos de ansiedad Sobre la base de lo expuesto en este capítulo
sobre la ansiedad normal en tanto proceso adaptativo pueden elaborarse
hipótesis fisiopatológicas diferenciales para cada uno de los trastornos
de ansiedad, asumiendo así una sistematización categorial de los diferentes
cuadros, lo que se corresponde con las observaciones clínicas. Aún los
más acérrimos defensores del modelo dimensional empiezan a conceder
que los trastornos de ansiedad no pueden ser explicados como emergentes
más o menos azaroso de un continuo sintomático ansioso. Así, puede entenderse
el trastorno por ansiedad generalizada como una consecuencia de un sistema
septohipocámpico altamente reactivo, como una especie de comparador
hiperactivo constitucionalmente determinado. Este funcionamiento explicaría
la preocupación excesiva del TAG y las conexiones con los ganglios basales
la producción de fenómenos de tensión muscular característico del cuadro.
El trastorno de pánico tendría su punto de partida en estímulos interoceptivos,
verosímilmente originados en los núcleos del rafe, específicamente la
sustancia gris periacueductal de acuerdo a los hallazgos de Graeff,
como consecuencia de las aferencias a los mismos desde los quimiorreceptores
aórticos y carotídeos vía el núcleo del tracto solitario, principalísima
estación receptora de información visceral. El mecanismo sería congruente
con el concepto de la falsa alarma por sofocación planteado por Klein
hace años y mediante él se podría dar una respuesta unificadora a muchas
alternativas fisiopatológicas propuestas para el pánico (crisis desencadenadas
por la inyección de lactato, por inspiración de aire con CO2, durante
el sueño profundo o el período premenstrual, etc.) todas las que comparten
el hecho de generar una hipercapnia cerebral transitoria. Las fobias
específicas dependerían de alteraciones en las asociaciones de refuerzos
y señales en la amígdala y su mecanismo esencial sería el condicionamiento
de señales neutrales con estímulos aversivos en muchas oportunidades
innatos. Participaría, además, un modo especial de funcionamiento del
comparador que impediría la inhibición de respuestas comportamentales
adecuadas para condiciones de vida humana arcáicas, las que progresivamente
deben ser reemplazadas por otras más adecuadas al contexto en el que
la vida actual se desenvuelve. La fobia social tendría su punto de partida
en las áreas asociativas corticales de la corteza parietal posterior.
Allí confluye la información del mundo exterior (especialmente visual
y auditiva) con la de interoceptiva y su procesamiento genera resultados
distorsionados tanto desde el propio cuerpo como de las amenazas sociales
percibidas en el entorno. Los estímulos internos y externos son vistos
como especialmente amenazantes para el desenvolvimiento de la vida social
del sujeto y los componentes fisiológicos, cognitivos y comportamentales
adoptan una configuración clínica muy especial. Los síntomas del trastorno
obsesivo compulsivo, especialmente los cognitivos (rumiaciones, preocupaciones,
pensamientos intrusivos, impulsos e imágenes) parecen entenderse muy
bien en términos de un excesivo scanning para las amenazas por parte
del comparador que reposa en el corazón del modelo. Sin embargo en esa
patología juegan un rol muy importante, seguramente determinada por
factores genéticos, la corteza cingulada y los ganglios basales. Conocida
la asociación entre el TOC y el trastorno de Gilles de la Tourette,
lo común a ambos cuadros descansa en la naturaleza repetitiva y compulsiva
de sus síntomas. Al menos parte de los patrones comportamentales involucrados
en los rituales compulsivos pueden estar mediados por mecanismos estriatales
que comienzan a mostrarse disfuncionales en el TOC, generando una especie
de tic mental en la cual la rutina cognitiva corre en la corteza automáticamente,
como la rutina motora que provoca el tic propiamente dicho. El TOC sería
una diferente disfunción del circuito entre la corteza cingulada y los
ganglios basales. Así las obsesiones pueden asociarse a una participación,
en la actividad del comparador, de la corteza cingulada en relación
con componentes verbales prefrontales, mientras que las compulsiones
relacionadas proveen un paralelo cercano a los tics motores y las coreas
y pueden asociarse a una participación de los ganglios basales. Finalmente,
el trastorno por estrés postraumático (TEPT) estaría ligado solo periféricamente
a los trastornos ansiosos y sería un puente entre ellos y los trastornos
disociativos. La fisiopatología del TEPT se apoya en dos grandes pilares;
por un lado en las disfunciones que siguen a alteraciones en el hipocampo
producidas por la exposición a cierto tipo de estresores, con severas
alteraciones de los procesos mnemónicos (deterioro de la memoria verbal
a corto plazo y perturbación de las funciones de filtro del hipocampo
que facilitan las intrusiones y los flashbacks) y secuelas disociativas.
Por el otro, en una alteración persistente del eje neuroendócrino (distorsiones
en el cortisol, los opioides endógenos, etc.) con modificaciones de
la expresividad genética en áreas claves de la corteza cerebral.
Cognición y psiquismo
Dr. Luis Ignacio Brusco
Introducción
La idea de este trabajo es pensar algunas consignas sobre las funciones
mnésicas y su relación con la emociones de las personas, yendo de la
fisiología a la patología. La primera parte del mismo se va a dirigir
hacia la cognición normal y de cómo funcionan los métodos de aprendizaje
en el sistema nervioso central. Cómo es que memorizamos y por ejemplo
cómo es que en este momento el lector está grabando lo que está leyendo.
La segunda parte se va a dirigir al proceso patológico, tratando de
explicar la fisiología normal del sistema nervioso central. Sin entrar
en excesivos detalles, pero sí dando puntos críticos para tener un concepto
diferencial entre los diferentes procesos de memoria normal o anormal
y su relación con los procesos emocionales. Desarrollo El sistema nervioso
central tiene neurotransmisores, que son sustancias que sirven como
una especie de mecanismo de comunicación entre las diferentes neuronas.
Estos tienen diferentes lugares de síntesis, diferentes centrales nucleares
que los secretan. Todos son conjuntos neuronales, sin embargo, las neuronas
que los componen son diferentes pues se fueron diferenciando y migrando
hacia estructuras con actividad enzimática específica para cada neurotransmisor.
Uno puede decir que son un conjunto celular funcionante bajo la corteza,
es decir, subcorticales y cumplen una función neuro-química específica
que termina siendo una actividad del sistema nervioso. Por ejemplo en
un zona del tronco encefálico del ser humano existe el núcleo Basal
de Meynert, que cumple una función acetilcolinérgica. Es decir que tiene
exacerbada la síntesis de acetilcolina por lo cual seguramente existieron
genes que se destaparon y expresaron fundamentalmente esta función.
Es entonces clave la actividad diferenciada de enzimas que producen
el neurotransmisor correspondiente en cada zona. Se ha planteado además
la relación del núcleo de Meynert con la enfermedad de Alzheimer, siendo
una patología de la aceticolina y este neurotransmisor parte de esta
gran central. Como es conocido , las más recientes investigaciones de
la farmacología apuntan fundamentalmente al reemplazo o el aumento de
aceticolina en el sistema nervioso central. La fisiología acepta ahora
que uno puede hacer lo inverso como producto de un modelo animal del
Alzheimer, justamente lesionando este núcleo. Los núcleos de rafe son
otras centrales que se encuentran relacionadas con la serotonina. Estos
núcleos serotoninérgicos son modificados cuando en la depresión se utilizan
antidepresivos que influyen sobre la serotonina inhibiendo la recaptación
de la misma. Otro núcleo importante es locus coeruleus, que sintetiza
noradrenalina conocida por su importancia en la ansiedad, donde dispara
al sistema simpático. Otro es el núcleo tegmental ventral que está debajo
del locus coeruleus y sintetiza dopamina, es decir que en la cadena
de síntesis sus neuronas llegan solamente hasta la este neurotransmisor.
Existe otro núcleo que es un conjunto celular llamado sustancia nigra,
siendo otra central de dopamina pero es parte de los ganglios de la
base. Se encuentra su actividad disminuida en la enfermedad de Parkinson
y los trastornos cognitivos emocionales y conductuales asociados a la
misma. El núcleo tegmental ventral tiene mucho que ver con la esquizofrenia
que es donde la función dopaminérgica a diferencia de lo anterior está
aumentada. Existe por último otro conjunto nuclear, conformando parte
del hipotálamo, que son los tubérculos mamilares, siendo una central
histaminérgica. Cada núcleo subcortical tiene una especie de tela de
araña desde donde eligen sus vías, es decir sus redes hacia diferentes
sectores. Por ejemplo, se sabe muy bien que el núcleo tegmental ventral
y la sustancia nigra envían la información a dos grandes sectores. Uno
es la sustancia nigra que compone la vía dopaminérgica hacia la zona
subcortical-estriada y otra es la tegmental ventral que manda la vía
a la corteza frontal. Donde se excita la función desinhibitoria como
por ejemplo en los síntomas positivos de la esquizofrenia. Un punto
muy ilustrativo es cuando un paciente con Parkinson ingiere por vía
sistémica L-Dopa que se transforma en dopamina y la función no sólo
estimula lo motor través de esta red, sino que se excita el lóbulo frontal.
Mejora entonces la función depresiva del paciente pero a veces produce
una psicosis dompamino-mimética. Vamos a hablar entonces, del conjunto
serotoninérgico que son los núcleos del rafe y la sustancia gris periacuedectal.
Ellos tienen conexiones con el lóbulo frontal y con el tronco siendo
mucho más subcorticales pero son parte del sistema límbico. El sistema
Límbico es un conjunto de estructuras relacionadas con la emoción y
la memoria fundamentalmente. Está compuesto por diferentes estructuras
relacionadas en red con diferentes funciones, por ejemplo sabemos que
hay un núcleo Basal que es el de Meynert que tiene acelitolina. Este
neurotransmisor tiene relación con la función de estimulación mnésica
fundamentalmente modulando positivamente al glutamato . La acetilcolina
no solamente tiene esta función sino también tiene relación con la función
autonómica, entonces uno puede observarla no sólo a nivel central, como
el núcleo Basal , sino que la puede detectar al nivel medular y periférico.
La función autonómica es otro ejemplo de cómo el sistema nervioso central
tiene claras relaciones periféricas y neurovegetativas regulando diferentes
funciones desde lo psíquico a lo corporal o viceversa . Existen otros
núcleos límbicos con funciones pulsionales o instintivas sexuales como
lo son los Septales. Estos producen una descarga emocional de satisfacción.
Debemos recordar además que los neurotrasmisores no cumplen un función
en sí sino que dependen de una compleja secuencia posterior en la que
participan diferentes factores. Depende entonces qué receptor sea estimulado
para ese neurotrasmisor, dónde está ubicado anatómicamente, dónde se
ubica en la hendidura sináptica si pre o pos sináptica ,qué grado de
sensibilidad presenta el receptor, qué neuromoduladores lo están modificando,
cómo se encuentra la postsinápsis es decir qué modificaciones previas
ha sufrido, si tiene los componentes básicos suficientes como por ejemplo
proteínas, lípidos, proteína o ácidos nucleicos suficientes o cómo es
la estructura genética de la neurona que se está estimulando. Si uno
tuviera que decir cómo funciona el sistema nervioso central tendría
que hablar desde el punto de vista de lo emocional, conductual instintivo
o pulsional según las diferentes escuelas teóricas o del punto de vista
cognitivo intelectual, racional o consciente que es el otro punto vista,
es decir si uno pudiera decir en forma totalmente arbitraria como separaría
la razón o intelectualidad de la emoción. Las funciones superiores o
cognitivas como se las quiera llamar un lado y las funciones emocionales,
instintivas o pulsionales por el otro, claro que esto es arbitrario
pero es quizá una forma de estudiar la formulación de psiquísmo. Podría
decirse que desde la teoría psicoanalítica uno es el consciente y otro
el inconsciente. La cognición influye en la emoción y la emoción en
la razón de modo que existe un ida y vuelta funcional y anatómico por
los cuales los aprendizajes desde la infancia pueden modificar las condiciones
intelectuales y emocionales y viceversa, y el reconocimiento de diferentes
situaciones pueden modificar las funciones aprendidas emocionales. Si
se tuviera que decir donde se encuentra la función intelectual tendríamos
que ubicarla fundamentalmente en la corteza de asociación. Pero ¿Cuáles
son las cortezas de asociación? Son las que procesan las funciones más
complejas como por ejemplo el lóbulo prefrontal que principalemte realiza
la toma de desiciones, la encrucijada parieto-temporo-ocipital que tiene
la capacidad de abstraer, reconocer, el lenguaje y la musia. Por último
el sistema límbico que desde el punto de vista cognitivo es un procesador
de la memoria declarativa anterógrada pero tiene un claro componente
relacionado con la emoción siendo quizá este último el lugar de relación
más claro entre la cognición y la emoción. Sin embargo no es posible
encontrar un modelo animal con esta función porque no hay corteza de
asociación ni siquiera está desarrollada en el animal más parecido al
ser humano que es el chimpancé o el gorila. Estas cortezas pueden dividirse
entonces en tres grupos fundamentales. La corteza frontal se desarrolló
en el ser humano. Siendo que los primates, tenían una frente mucho más
reducida en espacio que el ser humano que dio cabida a esta zona prefrontal.
Ese fue el espacio que le cedió el cráneo al cerebro avanzando también
el resto de las cortezas, desarrollándose además la corteza de seis
capas de última aparición, es decir la neocorteza . ¿Qué permite esta
corteza?. La función frontal, lo que van a ser frecuentemente, es que
si se lesiona una parte interna del lóbulo frontal puede producirse
una depresión secundaria de origen orgánico. Frecuentemente va a ver
por que esa persona no toma decisiones y no tomar decisiones la lleva
a tener un contexto emocional patológico. Sin embargo, si se atrofia
o lesiona la parte inferior del lóbulo frontal, es decir, el lóbulo
orbitario lo que sucede es totalmente diferente, ocurre una desinhibición
de la conducta, es decir que indudablemente la zona inferior del lóbulo
frontal es inhibitoria y su destrucción desinhibe y la superior del
lóbulo frontal es desinhibitoria y su lesión inhibe. Otra estructura
es una encrucijada cortical, un conjunto parieto-témporo-occipital.
Esa encrucijada tiene función de abstracción y encierra los procesamientos
intelectuales más complejos entre ellos el lenguaje, es decir el área
de la comprensión del mismo en donde se encuentran la función de los
procesos de abstración semántica , pero también donde está el área de
las prosodias es decir de la música , la que nos permite la comprensión
de la expresión, exclamación, interrogación del lenguaje o el oído musical.
La última estructura, es la más antigua filogenéticamente relacionada
con la asociación es el sistema límbico, la parte cortical perteneciente
al sistema límbico que está muy cercano a la emoción, como última parte
de la razón que se nos acerca a la emoción. Ese sistema límbico tiene
dos funciones, una cognitiva y otra emocional. La funcionalidad del
sistema límbico relacionada con la cognición es la memoria declarativa
pero con lo instintivo o pulsional se describen un conjunto de alternativas
mucho más complicadas . El sistema límbico, es un sistema de alta complejidad.
Un conjunto de estructuras relacionadas que fueron descriptas primero
por Papez basándose en un comentario de Broca sobre la posibilidad de
que una estructura cerebral como la circunvolución de cuerpo calloso
estuviera relacionada con la función emocional y a la que luego se le
fueron agregando otras zonas con las que no todos los autores estuvieron
de acuerdo. Lo descripto por Papez es una red que comienza en el hipocampo
y que va posteriormente por el fórnix o trígono hasta los cuerpo mamilares,
desde éstos hacia el tálamo anterior y desde aquí a la circunvolución
del cuerpo calloso. La zona cognitiva del sistema límbico es el hipocampo,
es una zona interna cortical antigua, relacionada con la arquicorteza
y con la función de memoria declarativa anterógrada. Memoria que implica
acordarse situaciones concretas como qué comí esta mañana, dónde vivo
o dónde estoy. Dentro esta memoria pueden hallarse diferentes tiempos.
Un tiempo inmediato, de segundos, que es por ejemplo acordarse un número
de teléfono que implica a la memoria de trabajo o inmediata y se encuentra
en la función prefrontal, un tiempo posterior, de minutos, que es la
memoria anterógada que es la que falla le enfermedad del Alzheimer que
es la que depende del hipocampo y un tiempo más antiguo, que todos conocen,
que es la memoria retrógrada Estas diferentes memorias declarativas
representan diferentes procesos que van desde procesos sinápticos eléctricos
en un comienzo hasta síntesis proteica, cambios conformacionales, geométricos
y nuevas sinapsis en las más antiguas implicando además estructuras
diferentes. Entonces, las funciones cognitivas pueden enmarcarse en
el lenguaje, las gnosias o reconocimientos, las praxias o prácticas,
la memoria en sus diferentes tipos y la consecuencia de la memoria:
el aprendizaje que es la capacidad que tiene la persona o un animal
de modificar su conducta a partir de la experiencia anterior, por experiencia
previas. El conjunto de estas funciones hacen a la capacidad intelectual
al consciente intelectual al que antes equivocadamente veíamos como
la única función que hacía a la expresión intelectual de una persona.
El coeficiente intelectual enmarca entonces las prácticas, el lenguaje,
las gnosias, el conocimiento, la memoria y el aprendizaje. Ellos concretizan
la capacidad global que es la abstracción consecuente de todo esto.
Una estructura que todavía no mencioné y que forma parte del sistema
límbico como un gran regulador es el conjunto nuclear amigdalino, estructura
interna del lóbulo temporal cercana al hipocampo que sería lo que el
cerebelo al sistema motor, es decir el coordinador del sistema límbico
encontrándose relacionado con la memoria emocional que es una gran reguladora
tanto de la cognición como por supuesto de la emoción. El hipocampo
es una ruta de ida entre la memoria inmediata y la memoria retrógrada.
Este concepto es clave, falla en la enfermedad del Alzheimer, pues se
altera el camino mnésico al atrofiarse el hipocampo, pero falla también
en otras patologías algunas de las cuales se confunden con la enfermedad
anterior. El paciente puede repetir las cosas inmediatas o también puede
recordar las cosas muy viejas, pero no puede hacer que alguna de ellas
pase de una a la otra. Sabemos además que existe un peaje que hay que
pagar para que la ruta de ida funcione y este lo cobra la amígdala es
decir la emoción y esto es clave porque a la mayoría de las cosas las
olvidamos según la definición de memoria, pero no necesariamente se
han borrado definitiva y terminantemente o por lo menos han producido
un cambio conformacional cerebral. Debemos tener presente que permanentemente
mueren neuronas en nuestro cerebro es decir que un cerebro adulto maduro
tiene muchas menos neuronas que el de un niño, éste que el de un bebé
y éste que el de un feto. Parte del neurodesarrollo implica la muerte
de neuronas, en una especie de evolución Darwiniana neuronal es decir
que quedan unas pero mueren muchas otras. Ahora ¿Qué determina que mueran
unas y no otras? ¿Qué sería de nuestra personalidad si hubieran quedado
otras? ¿Porqué mueren las que mueren? ¿Qué mensajes proteicos, sinápticos
y geométricos quedan en las neuronas vivas? Entonces el sistema emocional-instintivo
tiene funciones primarias. Ellos son: la alimentación, agresión, miedo,
control térmico conductual y la sexualidad. El animal tiene estos instintos
que el ser humano comparte relativamente, esto lo relacionamos con los
animales en estructuras subcorticales que las compartimos en función
y anatomía. Como mencioné, una estructura muy importante es el conjunto
nuclear amigdalino, que está íntimamente relacionado con el hipocampo,
que dejaba que la memoria inmediata se transforme en memoria retrógrada.
En el hipocampo se encuentra una sinapsis especial que se llama potenciación
a largo plazo o a largo término. Función dependiente fundamentalmente
del glutamato que es el neurotransmisor exitatorio más importante del
sistema nervioso central. En el hipocampo la memoria depende del glutamato
que es un aminoácido muy simple pero es un neurotransmisor exitatorio
muy importante y la amígdala que es el gran regulador de la emoción
a través de las señales moduladoras que envía al hipocampo por medio
de neurotransmisores. La función que cumple la amígdala tan cerca del
hipocampo, y no por casualidad, ayuda a recordar siempre que exprese
una emoción o ansiedad la que se genera cuando lo que se presenta a
nuestros sentidos parece poco común o extraño. Es decir que memoriza
lo emocional, haciéndonos sentir la diferencia entre lo conocido y lo
extraño produciéndonos esto último una reacción lógica de estrés ante
lo desconocido ayudando a fijar la memoria. Diríamos ¿qué está pasando
en este momento acá? Lo que pasa es que estamos viendo algo que no estamos
acostumbrados a ver o a sentir. Puede existir patología de este proceso,
puede estar alterado y de repente su neurosensor darnos una sensación
errónea. También puede pasar que nos de una información por si sola,
como si fuera una crisis amigdalina produciendo una descarga neurovegetativa
simulando un ataque de pánico, y si se realiza una tomografía por emisión
de positrones durante un ataque de pánico se observaría una hiperactividad
de la amígdala, pudiendo después existir además un recuerdo consciente
o inconsciente que descargue a la amígadala. Puede pasar lo contrario,
que la amígdala responda en forma disminuida como pasa con el autista
o con los esquizofrénicos que comen del tacho de basura y perder total
conciencia social o ambiental, o puede ser que funcione normalmente
y darle contexto emocional a las cosas y siendo la estación de peaje,
es decir el control de la formación de la memoria. Si las funciones
están bien la amígdala ¿qué hace? Responde ante situaciones extrañas
con sus eferencias hacia el hipocampo pero también hacia el hipotálamo
produciendo la respuesta autonómica correspondiente. Sólo recordamos
el día que chocamos o nos acordamos del día que nos enamoramos de nuestra
novia en el colectivo. Sin embargo, viajamos millones de veces en colectivo,
pero la amígdala sólo le dio posibilidad de grabar al hipocampo cuando
la función de memoria pasó por él para hacerse memoria retrógrada. Debe
tener el hipocampo el contexto emocional suficiente que se lo da la
amígdala para que grabe la información. Depende esto de los neurotransmisores,
que se encuentran en esta sinápsis. Siendo la acetilcolina un reforzador
la serotonina y GABA un ihibidor de la memoria. Existen además neurotransmisores
con función dual como la noradrenalina o endorfinas que depende dónde
y con qué concentración actúen modifican la memoria en más o en menos.
Entonces en el hipocampo se produce la potenciación a largo plazo (LTP);
ésto depende del glutamato y de la modulación antedicha. Lo que el glutamato
permite cuando se combinan dos estímulos diferentes es la entrada de
calcio a la célula. Esa es la función de los receptores para el glutamato
y la L.T.P. es la conmbinación de un receptor llamado ampa que se despolariza
con un primer estímulo despolarizando a la célula, y el refuerzo dado
por otro receptor llamado NMDA (N-metil-D- aspartato) que se activa
con un segundo estímulo dejando entrar calcio por el canal correspondiente.
¿Qué hace el calcio? Es un segundo mensajero, éste mensajero nada más
que eso, que dice lo que va a pasar después pudiendo pasar muchas cosas,
pero lo más interesante que puede pasar es por un lado reforzar la acción
de éstos por lo cual ante un nuevo estímulo la célula reacciona con
memoria dando más respuesta con un estímulo conocido siendo el LTP entonces
memoria celular, lo que en la práctica se la considera un mecanismo
equivalente al de la memoria animal. El glutamato produce modificaciones
genéticas que se traducen en expresión proteica a partir de los genes
que se destapan produciéndose los llamados segundo mensajeros, pudiendo
considerarse como un material de lectura para nuestra memoria. Además
estas proteínas pueden producir modificaciones en la conformación de
las células generando nuevas sinapsis, modificaciones geométricas neuronales,
cambios en el número y sensibilidad de receptores en diferentes lugares
y modificaciones enzimáticas Esto es la base del aprendizaje ,es lo
que pasa en el hipocampo, es lo que tiene alterado el paciente con Alzheimer
pero es quien se encuentra con una respuesta anómala cuando la amígadala
lo condiciona en forma patológica como por ejemplo en la depresión,
en las neurosis , en el estrés importante como el pos traumático, patologías
en la que existe un marcado deterioro de la memoria declarativa. La
amígdala entonces tiene una función importante nos permite activar la
función simpática, la parasimpática ,la respiración, los reflejos, las
conductas, la actividad hormonal, es decir nos da información a la función
autonómica y conductual para responder ante un estímulo diferenciando
el conocido del extraño. Es muy importante la reacción del hipotálamo
que es una especie de reactor, hace lo que dice la amígdala, si es necesario
responde con ansiedad. Entonces la amígdala comunica hay que responder
con ansiedad y el hipotálamo responde disparándola. Luego se entera
el hipocampo. Que graba o no esta información. ¿Cómo se regula esto?
A partir de las señales es decir de neurotransmisores que modulan el
glutamato, potenciando la reacción del mismo. Formando memoria retrógrada
al levantar la barrera y permitiendo engramar la información. Como dije
esto depende de muchos neurotransmisores pero la puerta es el hipocampo
y el portero la amígdala. La memoria declarativa entra entonces por
el lóbulo frontal en forma inmediata. Luego se dirige al hipocampo en
donde la llamamos memoria anterógrada y después pasa a las cortezas
de asociación más difusas, para acumularse. Se dirige entonces a las
cortezas parietal posterior, a la occipital y frontal yendo después
a las cortezas que rodean cada área primaria. Por ejemplo: la memoria
visual está alrededor de la corteza visual primaria, la corteza auditiva
está alrededor de la corteza auditiva primaria. O la memoria del lenguaje
que está alrededor del área auditiva acortando probablemente el tiempo
de evocación del mismo. La memoria declarativa no es la única existente
desde el punto de vista cualitativo, ya es posible describir otros tipos
de memoria que implican procesos, funciones y estructuras diferentes.
Una de ellas es la de procedimiento, que es por ejemplo el recordar
realizar una actividad como manejar o aprender a leer al revés y que
se encuentra claramente diferenciada de la memoria declarativa. Abarca
estructuras como el cerebelo y los ganglios de la base. Otra memoria
ya más relacionada con la declarativa es la emocional, que como vimos
es un gran reguladora de la anterior pero implica funciones y estructuras
diferentes ya que la amígdala tiene un gran relación con ella. Muestra
de ésta es cómo un paciente con una alteración importante de la memoria
declarativa anterógrada, al recibir una noticia desagradable se angustia
en ese momento, recordando la misma en lo inmediato pero luego no recuerda
la causa que la produjo. Aunque la tristeza continúa independientemente
del recuerdo declarativo, siendo un claro ejemplo de memoria emocional.
Resumen Es la memoria entonces un proceso que nos permite precisar un
recuerdo que se transforma en aprendizaje modificando la conducta del
animal o del ser humano. Como vimos esto depende del nivel emocional
y de ansiedad. Con poca ansiedad no hay grabación o por lo menos no
es posible la evocación, pero sin ansiedad tampoco existe fijación.
Ahora esto es desde el punto de vista de la definición de Memoria. Es
decir un proceso que se graba se fija y se evoca, pero ¿Cuándo no se
evoca que pasa? La pregunta es de compleja respuesta, pues resulta bastante
difícil decir que porque una memoria no se evoque no produzca modificaciones
en el sistema nervioso central, como hemos visto, o porque no se evoque
en un momento no pueda evocarse en otro, siguiendo un camino bastante
parecido al subconsciente. Es interesante conocer además, que la mayoría
de los neurofisiólogos consideran que el borramiento de la memoria se
produce durante el sueño REM que es en el que existen los sueños más
vívidos, es decir cuando se sueña más, es cuando la memoria deja de
poder evocarse coma tal. Pero quizá la obtengamos de otra manera, aproximándonos
a las consignas freudianas. Como mínimo debemos aceptar, que son muchas
las variables a considerar en la conjunción de la formación intelectual
con la emocional. Y que la expresión genética puede modificarse claramente
a partir de los segundos y terceros mensajeros cambiando desde la vida
neuronal, hasta la conformación proteica de una célula. En ciertos momentos
en que los procesos emocionales no dejen grabar la información, sea
considerado el mismo como represión o como un proceso cognitivo de ansiedad,
es probable que la información no tome las características típicas de
memoria, pero no por ello no haber influido clara y profundamente en
el psiquismo del hombre.
Patología
y neuropsicopatología
Prof. Dr. Miguel Márquez
En la práctica cotidiana es frecuente que se considere como "psicosomáticas"
a distintas estructuras patológicas en las que coexisten síntomas físicos
y psíquicos. O a cuadros clínicos atípicos tanto porque los síntomas
no coinciden exactamente con ninguna entidad nosológica clásica cuanto
porque hay una falta de respuesta a la terapéutica convencional, en
los que a falta de hallazgos biológicos que lo justifiquen, se presume
la participación etiopatogénica de factores psíquicos. O a trastornos
somáticos en los que su desencadenamiento o sus exacerbaciones coinciden,
cronológicamente, con situaciones estresantes. O a cuadros que se producen
en sujetos con determinadas características psicopatológicas.- Es así
que, si repasamos la bibliografía actual, deberían incluirse dentro
de lo que diferentes autores entienden por patología "psicosomática":
1. Los síntomas somáticos, inespecíficos o funcionales, de los pacientes
deprimidos (depresión enmascarada, equivalentes o concomitantes depresivos);
2. Los síntomas somáticos, inespecíficos o funcionales, de los pacientes
ansiosos, más lábiles y más claramente asociados con el estado emocional;
3. Los trastornos somatoformes (dismorfofobias, conversión, somatización,
hipocondría, dolor somatomorfo);
4. Los trastornos ficticios con síntomas físicos, como el síndrome de
Munchausen;
5. Las repercusiones psicológicas o psicopatológicas de las enfermedades
somáticas, especialmente las crónicas, dolorosas o terminales;
6. Los trastornos mentales debido a una condición médica general (DSM
IV), en los que la presencia de los síntomas se juzga como una consecuencia
fisiológica directa de la condición médica;
7. Los factores psicológicos que afectan a las condiciones médicas (DSM
III, III-R y IV), ya sea influyendo en el curso, interfiriendo en el
tratamiento, constituyendo un factor de riesgo adicional o precipitando
los síntomas físicos mediante respuestas fisiológicas asociadas al estrés.
Luego de que por décadas la visión dualista de la medicina buscara determinar
qué y cuáles son las enfermedades psicosomáticas (y ¿qué y cuales no
lo son?) y que las escuelas psicodinámicas intentaran hallar los porqués
de las mismas, las concepciones modernas se preocupan hoy mucho más
del cómo se produce la particular relación entre los fenómenos somáticos
y los psíquicos en el terreno de los trastornos "psicosomáticos". Enumeraciones
como las que realizamos más arriba incluyen condiciones de muy distinta
etiopatogenia (o con muy distintos "cómos"), por lo que parece necesario
realizar recortes específicos cada vez que se hace referencia a un tipo
especial de trastorno "psicosomático". En el bagaje de los conocimientos
psiquiátrico-psicológicos actuales no puede faltar un, aunque sea somero,
conocimiento de los distintos cómos, ya que las etiopatogenias y los
mecanismos fisiopatológicos diferentes permiten -obligan, diría yo-
teorías explicativas distintas y abordajes terapéuticos particulares,
porque los modelos psiquiátricos son tan insuficientes e inútiles como
los psicodinámicos para entender este sector de la psicopatología.
La terapéutica psiquiátrica
Prof. Dr. Miguel Márquez
Introducción
En los umbrales del año 2.000, es posible afirmar que las últimas décadas
del siglo que dejamos atrás han sido los de la consolidación de las
Neurociencias como instrumento teórico básico sobre el que se asienta
la explicación y la comprensión de los diferentes abordajes terapéuticos
de los trastornos mentales. Rescato aquí un elemento fundamental probado
por las investigaciones de los últimos tiempos cual es el hecho de que
los aprendizajes se asocian a cambios en la efectividad de las conexiones
neurales, que dependen, obviamente, de modificaciones estructurales
y funcionales de las neuronas y sus conexiones. Dejando atrás antinomias
reduccionistas del tipo trastornos biológicos vs psicológicos o enfermedades
orgánicas vs funcionales, las preguntas que hoy deben formularse son
¿de qué manera los procesos biológicos encefálicos modulan los acontecimientos
mentales y las conductas?; ¿cómo modifican los factores psicosociales
la estructura biológica encefálica?. Y ya que los cambios estructurales
o funcionales del sistema nervioso (los que hoy estamos en condiciones
de describir o aquellos tan sutiles que todavía escapan a los métodos
actuales) son el reflejo de modificaciones en la expresión genética;
¿cómo se puede determinar las características de la expresión genética
de los diferentes estados mentales permanentes, normales o patológicos?.
Y si conocemos herramientas terapéuticas que se han demostrado eficaces
para modificar los estados mentales patológicos ¿cómo actúan sobre la
estructura y la función del sistema nervioso central los diferentes
psicofármacos y las psicoterapias?. Y la respuesta que intuyo es que,
cuando nos remitimos a las modificaciones más íntimas, aquellas que
en última instancia explican los cambios en las conductas, las ideas
o los afectos, los mecanismos de acción son - deberían ser- idénticos.
El hombre y sus circunstancias Al nacer, con toda su potencialidad psicobiológica,
el hombre es recibido por una serie de estructuras sociales preexistentes
a su nacimiento. La familia, los productos y resultados generales del
trabajo social y de otros procesos de interacción de los hombres entre
sí y con la naturaleza. La cultura en la que se desenvolverá incluye
tanto el conjunto de instrumentos y materiales formados y transformados
por el hombre como las pautas organizadas de rol y de acción, el lenguaje,
etc. Cada hombre nace en una particular constelación histórica, geográfica
y socioeconómica, la de ese tiempo y ese lugar y comparte un conjunto
de estructuras de valor y sentido, también socialmente determinadas,
en las que cada hombre incluye la estructuración (valga la redundancia)
de su propia experiencia, son las más importantes. A partir de ese momento
el hombre vive, crece y se desarrolla en su realidad personal y social.
Con algún detalle me detendré sólo en algunos de los fenómenos centrales
de esa realidad tales como la identidad y la temporalidad. Las producciones
mentales se desenvuelven en el tiempo real, objetivo, pero, a la vez,
la actividad psíquica es el proceso que construye el tiempo como experiencia
individual subjetiva. Mediante el pensamiento, el hombre puede moverse
en el tiempo, aparentemente sin dificultades y con absoluta libertad,
lo que es muy utilitario, conveniente y funcional para la actividad
cotidiana. Sin embargo el pasado y el futuro pueden surgir exclusivamente
a través de una toma de distancia respecto del ser actual y solo así
nuestro mundo de vida llega a ser como es. De esa manera es posible
acceder a una identidad permanente (somos lo que somos pero somos lo
que fuimos y somos lo que seremos, todo ello simultáneamente). Este
concepto del tiempo histórico aparece cuando se adopta una perspectiva
cuyo punto de vista es exterior al flujo de conciencia temporal, la
que es observada "desde afuera" mediante una construcción cognitiva
de la conciencia reflexiva del hombre y a través de mecanismos que,
en última instancia se reducen a un especial procesamiento de la información
a través de la evocación de datos almacenados en el pasado y la construcción
de realidades futuras virtuales. Tanto es "natural" el manejo del tiempo
por el psiquismo (¿la conciencia?) del hombre que no fue sino hasta
hace poco más de una década que, según Prigogine y Strangers, pudo iniciarse
la incorporación oficial a la física de las nociones de "tiempo irreversible"
y de "flecha del tiempo". Hasta entonces, y desde los griegos, la equivalencia
esencial entre las dos direcciones del tiempo, pasado y futuro, habría
sido aceptada por la ciencia académica, pese a que tal equivalencia
llevaba implícita el reconocimiento como posibles de las dos direcciones,
del comienzo al fin y del fin al comienzo. Argumentos teóricos habrían
permitido concebir, según estos autores, el árbol que brota, crece,
da frutos y muere y el árbol que revive, rejuvenece y vuelve a la semilla
primitiva o un hombre que crece, madura y aprende y un hombre que poco
a poco se hace niño, luego feto, embrión y, finalmente, célula. Conviene
no olvidar que mientras el psiquismo realiza todas las manipulaciones
posibles en la temporalidad, el ser humano biológico y social no puede
sino seguir la flecha del tiempo.- Toda actividad psíquica se despliega
nada más que en el ahora. Lo que se hizo y lo que se hará son proyecciones
sobre el presente, el que, incluso, no es vivenciado la mayoría de las
veces. Algunos autores llegaron a negar un ahora presente en tanto que
podría ser o ya fue en el momento de plantearnos su existencia. De continuo
un pasado se recuerda y un futuro se anticipa en el vivenciar actual,
el que de tal manera se llena de esas proyecciones que mucho de la experiencia
presente, de lo aprehendido ahora ni siquiera llega a la conciencia.
En realidad, la vida no es sino una cadena de momentos presentes que
se suceden, irreversiblemente orientados desde el pasado hacia el futuro.
Así es que se distinguen en el psiquismo elementos de brevísima duración,
que de continuo se producen ahora (perceptivos y conductales) y otros,
dirigidos al pasado y al futuro (pensamientos, representaciones, sentimientos).
Los primeros son elementos singulares producidos siempre de nuevo; los
segundos suponen la permanencia de una identidad, siempre la misma a
través del tiempo, aún ante el continuo aflujo de las novedades de la
actualidad, de los cambios personales, corporales y psicológicos, y
de las transformaciones del medio social inmediato o del entorno geográfico,
social, cultural, económico y/o político más general. Identidad y cambio
Todo este proceso necesita, simultáneamente, de una enorme sensibilidad,
de una gran capacidad para incorporar cambios, para estar abierto a
los desequilibrios internos y externos y una gran estabilidad que permita
ser siempre el mismo para que no haya que empezar de nuevo a cada instante.
Es como actualizar en cada uno de nosotros el río de Demócrito, siempre
el mismo, siempre otro. Los nuevos hallazgos de la física destacan el
papel autoorganizativo de los fenómenos irreversibles, que generan una
construcción que tiene lugar lejos del equilibrio, en las llamadas estructuras
disipativas, de las que la vida humana y su nivel superior de organización
e integración, el psiquismo, son el ejemplo más acabado. No hay oposición
entre permanencia y cambio. Nuestra existencia supone cierta estabilidad,
las coherencias, entre las que debemos destacar la identidad personal
a que se hacía referencia. Y también supone la existencia de sucesos,
es decir de aquello que se ha producido, pero que hubiera podido no
producirse y que se ha producido de cierta manera aunque hubiera podido
producirse de otra, todo lo que nos conduce a posibles que solo pueden
entenderse - y con limitaciones- a través de descripciones probabilísticas.
De estos sucesos algunos son portadores de sentido y, por lo tanto,
capaces de transformar la situación las coherencias- y alterar la evolución
de un individuo. A su vez, esta evolución posee mecanismos capaces de
integrar el sentido del suceso y de generar, a partir de él, nuevas
coherencias. Comprender un individuo y su historia no es reducirlo a
regularidades biológicas mecánicas ni al caos de sucesos psicosociales
arbitrarios, sino comprender, a la vez, coherencias y sucesos. Coherencias
que puedan resistir a sucesos y reducirlos a insignificancias o, por
el contrario, ser destruidas o transformadas por algunos de ellos. Y
sucesos, algunos de los cuales -los portadores de sentido- puedan hacer
surgir nuevas posibilidades en la historia de ese hombre. Los aportes
de las Neurociencias contemporáneas Las investigaciones de las Neurociencias
en estos últimos años, especialmente la genética y la biología molecular,
permiten intuir el sustrato psicobiológico de estas afirmaciones. Especialmente,
a partir de desterrar las concepciones reduccionistas sobre el funcionamiento
de los genes. Los genes tienen una función que es la de duplicarse,
manteniendo sus características con una constancia significativa. A
menos que se produzcan mutaciones o translocaciones los genes mantienen
la identidad de la especie transmitiéndola a la descendencia a través
de información codificada en el ADN. El genotipo porta las secuencias
correspondientes a todas las proteínas que el organismo puede expresar;
así cada gen proporcionará copias de sí mismo a las generaciones sucesivas.
Esa información se encuentra íntegra en todas las células del organismo
y no es regulada por experiencias psicosociales. Ahora bien, los genes
también expresan el fenotipo, es decir la estructura, la función y las
características biológicas de la célula en la que se expresan y el genoma
en su conjunto tiene una muy parcial expresión en cada una de las diferentes
células. Es decir que solo se expresan en un hepatocito los genes que
codifican la elaboración de las proteínas que determinan la estructura,
la función u otras características biológicas del hepatocito; en las
neuronas los genes de las neuronas y así en cada célula del organismo
entero. Todos los genes que no correspondan a proteínas específicas
de esa célula son efectivamente reprimidos. Esta función de transcripción
genética, es decir la capacidad de cada gene para manufacturar las proteínas
que en cada célula definen una estructura y un funcionamiento determinado,
es regulada en respuesta a factores ambientales. Y, si bien lo es en
cualquier célula, la sensibilidad a los factores ambientales es máxima
en las células nerviosas. El ADN de los genes que se expresan en las
neuronas codifica las proteínas necesarias para el desarrollo, mantenimiento
y regulación de los circuitos nerviosos que se encuentran por debajo
de comportamientos, cogniciones y emociones. Y esa expresividad no viene
dada de una vez y para siempre en todos los casos. En un principio se
expresarán las proteínas que sustentan las estructuras básicas y la
funciones elementales. Luego, aquellas que sostienen las redes neuronales
sobre las que se asientan los aprendizajes que se reciben a través de
la vida, especialmente en los primeros años. Allí está la base de la
identidad, de las coherencias fundamentales, de la individualidad, de
la estabilidad del sí mismo. Pero las experiencias siguen sucediendo,
se aprende, se sufre, se ama, se conoce y cada experiencia es un suceso,
que podría no haber ocurrido pero que ocurrió. Y que ocurrió de esta
precisa manera y no de ninguna otra. Esa experiencia -suceso- puede
incluirse en las redes preexistentes sin cambiarlas o aún reforzándolas
pero también puede incluirse modificándolas sobre la base de cambios
en la estructura y función de un determinado número de neuronas mediados
por la síntesis de nuevas proteínas (estructurales, enzimas, receptores,
etc). Son estos los sucesos que modifican las coherencias. Los cambios
o los matices adicionados a la identidad de la que hablaba. El desarrollo
natural, los condicionamientos, cada uno de los intercambios (materiales,
afectivos o informativos) con el medio incluyendo las experiencias psicoterapéuticas,
los aprendizajes, el estrés, las hormonas, los fármacos, son todos factores
que alteran la expresión genética. Es así que se producen cambios funcionales
y estructurales de un gran número de neuronas, y aún de circuitos neurales
completos, que dependen de modificaciones reversibles de la expresión
genética y son debidas a la unión de proteínas específicas (activadoras)
a ciertas regiones reguladoras que controlan genes concretos.
La psicopatología La terapéutica
En
resumen, el hombre es una estructura "lejos del equilibrio" inmerso
en una temporalidad irreversible. Su actividad psíquica, producto de
una compleja interrelación psicobiológica-psicosocial hace que pueda
renovarse permanentemente al incorporar lo nuevo de lo biológico, lo
psicológico y lo social, sin dejar de ser quien es. Para ello utiliza
construcciones cognitivas que le permiten actualizar, en cada momento,
toda su potencialidad pasada, presente y futura a través de mecanismos
psicológicos en última instancia mediados por cambios moleculares de
su organización original, sobre los que, a su vez, influye su propia
actividad. Mediante esta actividad da sentido a su entorno social y
lo integra a su régimen de funcionamiento. Cuando estos procesos presentan
perturbaciones y el sujeto sufre o presenta incapacidades que, de acuerdo
a los criterios actuales, definen un trastorno mental, puede recurrirse
a la psiquiatría y a sus herramientas terapéuticas farmacológicas o
psicoterapéuticas. Evidentemente afrontar una situación que muestra
estos niveles de complejidad explica que algunos autores piensen que
ningún organismo vivo puede ser reestructurado desde afuera y que solo
sería posible perturbar su homeostasis (patear el tablero) para que
luego se produzca una auto-reorganización. Sin embargo, aún con muchas
limitaciones la labor terapéutica como suceso, en tanto consiga producir
cambios de sentido, debe intentar superar la concepción de la acción
terapéutica como perturbación.
Normas
de buena práctica médica. En el campo de la neurociencias.
Antes que nada no lastimar Es un buen remedio en ocasiones no hacer
nada Hipocrátes 460 - 355 A.C Introducción En los últimos años el desarrollo
de nuevas moléculas ha sido muy beneficioso en el campo de la neurociencias,
pero es indispensable que el mismo se realice bajo un estricto control
que asegure la calidad de la investigación por un lado y el beneficio
indudable para el paciente por el otro. De esta manera se asegura que
las investigaciones constituyen un beneficio para la salud publica al
proteger los derechos y la seguridad de los sujetos. Desde hace mas
de dos décadas se encuentran en vigencia en EE.UU. los preceptos de
la Buena Práctica Médica para Investigadores Clínicos (GCP Good Clinical
Practice). Los mismos consisten en una serie de procesos a cumplir para
que los ensayos clínicos con nuevos fármacos sean aceptados por la Administración
de Drogas y Alimentos (FDA). Recientemente, Europa y la Organización
Mundial de la Salud (OMS) incorporaron una reglamentación similar. Actualmente
el Comité de Armonización Internacional esta trabajando para lograr
regulaciones únicas para todos los países. En la Argentina la autoridad
sanitaria (ANMAT) mediante la resolución 5330/97 actualiza las reglamentaciones
en la investigación clínica La Buena Práctica Médica (GCP) son las normativas
según la cual se preparan, se llevan a cabo y se documentan los ensayos
clínicos, de modo que exista la seguridad general de que los datos son
ciertos y que los derechos, integridad y confidencialidad de los pacientes
están protegidos La Buena Práctica Médica (GCP) significa la aplicación
de métodos estándar para estudios clínicos. Estos métodos comprenden
el diseño, conducción, monitoreo, terminación, auditoría, análisis,
información y documentación de los estudios que aseguren una pureza
científica y ética. Las propiedades clínicas, diagnósticas, terapéuticas
y resultados de un producto bajo investigación deberán estar apropiadamente
documentados. Este estándar tiene su origen en la declaración de Helsinki
(18a. Asamblea Médica Mundial, 1964). El cumplimiento de estos estándares
provee seguridad pública de que los derechos, bienestar y confidencialidad
de los sujetos en estudio clínico están protegidos y que los datos obtenidos
son creíbles. El cumplimiento de las buenas prácticas de investigación
en estudios de farmacología clínica asegura que los derechos y el bienestar
de los sujetos que participan en un estudio clínico se encuentren protegidos
y que los datos obtenidos sean confiables, siendo responsabilidad del
ente regulatorio y de la industria farmacéutica garantizar el cumplimiento
de las mismas. Por tal motivo es necesario inspeccionar/monitorear el
progreso de los ensayos clínicos constatando que los mismos están conducidos
de acuerdo con los estándares de buenas prácticas clínicas y los requerimientos
regulatorios vigentes.
Declaración de Helsinki de la Asociación Médica Internacional
Guía de recomendaciones para médicos en investigaciones biomédicas que
involucra a sujetos humanos. Adoptada por la 18° Asamblea Médica Mundial
Helsinki, Finlandia, Junio de 1964, Enmendada por la: 29° Asamblea Médica
Mundial Tokio, Japón, Octubre de 1975, 35° Asamblea Médica Mundial Venecia,
Italia, Octubre de 1983 41° Asamblea Médica Mundial Hong Kong, Septiembre
de 1989 48° Asamblea Médica Mundial, Somerset West, Sudáfrica, Octubre
1996 Es la misión del médico salvaguardar la salud de la gente. Su conocimiento
y su conciencia son dedicados al cumplimiento de su misión. La salud
de mi paciente será mi primera consideración El propósito de la investigación
biomédica en sujetos humanos debe ser el de mejorar los procedimientos
diagnósticos, terapéuticos y profilácticos y del entendimiento de la
etiología y patogénesis de una enfermedad. El progreso médico está basado
en la investigación, la cual últimamente debe apoyarse en parte en la
experimentación que involucra a sujetos humanos. Debido a que es esencial
que los resultados experimentales de laboratorio sean aplicados en sujetos
humanos para un mejor conocimiento científico y para ayudar a la humanidad
que sufre, las siguientes recomendaciones son una guía para los médicos
que participen en investigaciones biomédicas que involucren a sujetos
humanos.
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