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TELEMÁTICA EDUCATIVA EUROPEA
(http://nti.educa.rcanaria.es/rtee/rtee.htm)
Matemáticas en Secundaria La Didáctica de las Matemáticas: una visión
general. D. Juan Antonio García Cruz
Introducción Didáctica de cualquier materia significa, en palabras de
Freudenthal (1991, p 45), la organización de los procesos de enseñanza
y aprendizaje relevantes para tal materia. Los didactas son organizadores:
desarrolladores de educación, autores de libros de texto, profesores
de toda clase, incluso los estudiantes que organizan su aprendizaje
individual o grupal. Para Brousseau (Kieran, 1998, p.596), la didáctica
es la ciencia que se interesa por la producción y comunicación del conocimiento.
Saber que es lo que se está produciendo en una situación de enseñanza
es el objetivo de la didáctica. Debido a la complejidad de los procesos
presentes en toda situación de enseñanza y aprendizaje, Schoenfled (1987)
postula una hipótesis básica consistente en que a pesar de la complejidad,
las estructuras mentales de los alumnos pueden ser comprendidas y que
tal comprensión ayudará a conocer mejor los modos en que el pensamiento
y el aprendizaje tienen lugar. El centro de interés es, por lo tanto,
explicar qué es lo que produce el pensamiento productivo e identificar
las capacidades que permiten resolver problemas significativos. Para
Steiner (1985) la complejidad de los problemas planteados en la didáctica
de las matemáticas produce dos reacciones extremas. En la primera están
los que afirman que la didáctica de la matemática no puede llegar a
ser un campo con fundamentación científica y, por lo tanto, la enseñanza
de la matemática es esencialmente un arte. En la segunda postura encontramos
aquellos que piensan que es posible la existencia de la didáctica como
ciencia y reducen la complejidad de los problemas seleccionando sólo
un aspecto parcial al que atribuyen un peso especial dentro del conjunto,
dando lugar a diferentes definiciones y visiones de la misma. Steiner
considera que la didáctica de la matemática debe tender hacia lo que
Piaget denominó transdisciplinariedad lo que situaría a las investigaciones
e innovaciones en didáctica dentro de las interacciones entre las múltiples
disciplinas, (Psicología, Pedagogía, Sociología entre otras sin olvidar
a la propia Matemática como disciplina científica) que permiten avanzar
en el conocimiento de los problemas planteados. La didáctica como actividad
general ha tenido un amplio desarrollo en las cuatro últimas décadas
de este siglo. Sin embargo, no ha acabado la lucha entre el idealista,
que se inclina por potenciar la comprensión mediante una visión amplia
de la matemática, y el práctico, que clama por el restablecimiento de
las técnicas básicas en interés de la eficiencia y economía en el aprendizaje.
Ambas posturas se pueden observar tanto en los grupos de investigadores,
innovadores y profesores de matemáticas de los diferentes niveles educativos.
Para una visión histórica del desarrollo de la didáctica, remitimos
al lector interesado a una reciente publicación (Kilpatrick, Rico y
Sierra, 1992), donde el primer autor muestra una amplia panorámica desde
una perspectiva internacional, y los otros dos autores se centran más
en el desarrollo de la misma en España durante el siglo XX. 1 La tendencia
curricular conocida como matemática moderna A finales de los años cincuenta
y comienzo de la década de los sesenta, se produce un cambio curricular
importante en la enseñanza de las matemáticas escolares, conocida como
la nueva matemática o matemática moderna. Las bases filosóficas de este
movimiento se establecieron durante el seminario de Royamount, celebrado
en 1959. En el transcurso del mismo, el famoso matemático francés Jean
Diudonné lanzó el grito de "abajo Euclides" y propuso ofrecer a los
estudiantes una enseñanza basada en el carácter deductivo de la matemática
y que partiera de unos axiomas básicos en contraposición a la enseñanza
falsamente axiomática de la geometría imperante en aquellos momentos.
En ese mismo seminario la intervención de otro matemático francés, G.
Choquet va en el mismo sentido: ... disponemos de un excelente ejemplo,
el conjunto de los números enteros, donde estudiar los principales conceptos
del álgebra, como son la relación de orden, la estructura de grupo,
la de anillo ...". Estas dos intervenciones se pueden considerar como
paradigmáticas del movimiento que se inicia, pues la primera dibuja
el enfoque que ha de caracterizar la enseñanza de la matemática y la
otra cual es el contenido más apropiado. La idea en principio parecía
bastante lógica y coherente. Por un lado se pretendía transmitir a los
alumnos el carácter lógico-deductivo de la matemática y al mismo tiempo
unificar los contenidos por medio de la teoría de conjuntos, las estructuras
algebraicas y los conceptos de relación y función de la matemática superior.
A finales de los sesenta y principios de los setenta parece claro que
la nueva matemática ha sido un fracaso. Surgen entonces algunas voces
en contra del enfoque adoptado, como es el caso de R. Thom (Modern Mathematics:
does it exist? (1973): " Ellos, los bourbakistas, abandonaron un campo
ideal para el aprendizaje de la investigación: La geometría euclídea,
mina inagotable de ejercicios y la sustituyeron por las generalidades
de los conjuntos y la lógica, materiales tan pobres, vacíos y frustrantes
para la enseñanza como los que más. El énfasis puesto por los estructuralistas
en la axiomática no es sólo una aberración pedagógica sino también matemática."
El fracaso de la matemática moderna, pues ni se aprenden los conceptos
ni estructuras superiores y además los alumnos siguen sin dominar las
rutinas básicas del cálculo, produce nuevos movimientos renovadores.
Entre estos movimientos aquí nos referiremos a los conocidos como retorno
a lo básico, la resolución de problemas y la matemática como actividad
humana. La retorno a lo básico (Back to Basic), supuso para las matemáticas
escolares retomar la práctica en los algorítmos y procedimientos básicos
de cálculo. Después de un tiempo, se hizo evidente que tal retorno a
lo básico no era la solución razonable a la enseñanza de las matemáticas.
Los alumnos, en el mejor de los casos, aprendían de memoria los procedimientos
sin comprenderlos. A finales de los setenta empezó a cuestionarse el
eslogan "retorno a lo básico". ¿Qué es lo básico? Ya que no parecía
posible enseñar matemáticas modernas, ¿habría que enseñar matemáticas
básicas?. Esta última pregunta nos lleva a otra de forma natural, ¿qué
son matemáticas básicas? ¿la geometría elemental?, ¿la aritmética?.
Había demasiadas opiniones sobre qué es "lo básico". Esta pregunta impregnó
el III Congreso Internacional de Educación Matemática (ICME), celebrado
en Berkeley en el verano de 1980. ¿Podría ser la resolución de problemas
el foco de atención y respuesta a esa pregunta? Casi como una bienvenida
a todos los profesores que asisten al ICME el National Council of Teachers
of Mathematics (NCTM) edita su famosa Agenda in Action para toda la
década de los ochenta. Así la resolución de problemas, the problem solving
approach, se pretende que sea algo más que otro eslogan y se convierta
en toda una tarea a desarrollar, a interpretar y a llevar a cabo. En
el congreso de Berkeley hay un invitado de honor especial, H. Freudenthal,
que interviene en una ponencia bajo el título "Major Problems of Mathematics
Education" (Grandes problemas de la educación matemática). Así comenzó
H.Freudenthal su intervención: " Perdonadme, no fui yo quién eligió
este tema, aunque cuando se me propuso, experimente un gran reto. Un
reto, de verdad, pero para ser sinceros no como para emular a D. Hilbert,
quién anunció sus famosos 23 problemas de matemáticas en el congreso
internacional de matemáticas celebrado en París en 1900, que tanto influyeron
el desarrollo y curso de las investigaciones matemáticas a lo largo
de este siglo... Para a continuación rechazar el camino seguido por
Hilbert y considerar como su centro de interés los problemas que surgen
en la educación matemática como una actividad social y no sólo como
campo de investigación educativa. Creo que es importante y clarificadora
esta toma de postura de Freudenthal, pues a continuación entra de lleno
en el problema que considera, no más importante, pero sí más urgente:
Lo que es un problema es cómo formularlo correctamente y sin errores
. ..Why can Johnny not do arithmetic? , parodiando el título de un famoso
libro de M.Kline que aquí fue traducido como El Fracaso de la Matemática
Moderna, para preguntarse si suena sexista tal cuestión y si no sonará
más sexista aún si la formula como Why can Mary not do arithmetic?,
pues esta última formulación sugeriría que las niñas son mucho peores
que los niños en aritmética. Por último Freudenthal reformula la pregunta
de forma más concreta Why can Jennifer not do arithmetic? Jennnifer
no es un ser abstracto, es una alumna que a los ocho años tenía graves
fallos en aritmética y que habían desaparecido a la edad de once años,
después de una atención particularizada. En contra del planteamiento
general que encierra la pregunta Why can Johnny not do arithmetic? Freudenthal
opta por un enfoque particular, así, la pregunta Why can Jennifer not
do arithmetic? tiende a plantear un problema particular, individual,
que permita abordar el problema personal que Jennifer tiene con la aritmética
y sobre todo a profundizar en qué aspectos del aprendizaje de Jennifer
la han conducido al fracaso. Tanto Polya (que no pudo asistir, pero
que envió una nota de excusa en la que planteaba qué puede hacer el
profesor para mejorar la mente de sus alumnos) como Freudenthal sitúan
el centro de atención sobre el aprendizaje. El primero solicitando de
los profesores un compromiso con el aprendizaje de sus alumnos hacia
la adquisición y mejora de las capacidades intelectuales; el segundo
en concretar, particularizar los problemas derivados de la enseñanza
y en investigar los aprendizajes individuales para dar posibles soluciones
a los aparentes fracasos, y obtener ejemplos paradigmáticos de diagnosis
y prescripción de los mismos. Freudenthal hace una llamada a la conciencia
de todos los profesores e investigadores para que estos ejemplos se
registren y se transmitan, de tal forma que unos puedan aprender de
los otros y se gestione de forma efectiva el conocimiento en educación
matemática. 2 Estilos de enseñanza La matemática como actividad posee
una característica fundamental: La matematización. Matematizar es organizar
y estructurar la información que aparece en un problema, identificar
los aspectos matemáticos relevantes, descubrir regularidades, relaciones
y estructuras. Treffer en su tesis (1978) distingue dos formas de matematización,
la matematización horizontal y la matematización vertical. La matematización
horizontal, no lleva del mundo real al mundo de los símbolos y posibilita
tratar matemáticamente un conjunto de problemas. En esta actividad son
característicos los siguientes procesos :
IDENTIFICAR las matemáticas en contextos generales
ESQUEMATIZAR FORMULAR y VISUALIZAR un problema de varias maneras DESCUBRIR
relaciones y regularidades RECONOCER aspectos isomorfos en diferentes
problemas
TRANSFERIR un problema real a uno matemático
TRANSFERIR un problema real a un modelo matemático conocido. La MATEMATIZACION
VERTICAL, consiste en el tratamiento específicamente matemático de las
situaciones, y en tal actividad son característicos los siguientes procesos:
REPRESENTAR una relación mediante una fórmula
UTILIZAR diferentes modelos
REFINAR y AJUSTAR modelos
COMBINAR e INTEGRAR modelos PROBAR regularidades
FORMULAR un concepto matemático nuevo GENERALIZAR
Estos dos componentes de la matematización pueden ayudarnos a caracterizar
los diferentes estilos o enfoques en la enseñanza de la matemática.
Estructuralismo Para el estructuralismo, la matemática es una ciencia
lógico deductiva y ese carácter es el que debe informar la enseñanza
de la misma. El estilo estructuralista hunde sus raíces históricas en
la enseñanza de la geometría euclídea y en la concepción de la matemática
como logro cognitivo caracterizado por ser un sistema deductivo cerrado
y fuertemente organizado. Es por lo que, a los ojos de los estructuralistas,
a los alumnos se les debe enseñar la matemática como un sistema bien
estructurado, siendo además la estructura del sistema la guía del proceso
de aprendizaje. Ese fue, y sigue siendo, el principio fundamental de
la reforma conocida con el nombre de Matemática Moderna y cuyas consecuencias
llegan hasta nuestros días. El estilo estructuralista carece del componente
horizontal pero cultiva, de forma abundante, la componente vertical.
Mecanicismo El estilo mecanicista se caracteriza por la consideración
de la matemática como un conjunto de reglas. A los alumnos se les enseña
las reglas y las deben aplicar a problemas que son similares a los ejemplos
previos. Raramente se parte de problemas reales o cercanos al alumno,
más aún, se presta poca atención a las aplicaciones como génesis de
los conceptos y procedimientos, y mucha a la memorización y automatización
de algoritmos de uso restringido. El estilo mecanicista se caracteriza
por una carencia casi absoluta de los dos tipos de matematización. El
ataque más demoledor a esta planteamiento de enseñanza proviene de H.
Freudenthal (1991): " De acuerdo con la filosofía mecanicista el hombre
es como una computadora, de tal forma que su actuación puede ser programada
por medio de la práctica. En el nivel más bajo, es la práctica en las
operaciones aritméticas y algebraicas (incluso geométricas) y la solución
de problemas que se distinguen por pautas fácilmente reconocibles y
procesables. Es en este, el más bajo nivel dentro de la jerarquía de
los más potentes ordenadores, donde se sitúa al hombre". Freudenthal
termina su alegato con la siguiente pregunta dirigida a sus propagadores:
¿Por qué enseñar a los alumnos a ejecutar tareas, al nivel en el que
los ordenadores son mucho más rápidos, económicos y seguros? Empirismo
Toma como punto de partida la realidad cercana al alumno, lo concreto.
La enseñanza es básicamente utilitaria, los alumnos adquieren experiencias
y contenidos útiles, pero carece de profundización y sistematización
en el aprendizaje. El empirismo está enraizado profundamente en la educación
utilitaria inglesa. Realista El estilo realista parte así mismo de la
realidad, requiere de matematización horizontal, pero al contrario que
en le empiricista se profundiza y se sistematiza en los aprendizajes,
poniendo la atención en el desarrollo de modelos, esquemas, símbolos,
etc. El principio didáctico es la reconstrucción o invención de la matemática
por el alumno, así , las construcciones de los alumnos son fundamentales.
Es una enseñanza orientada básicamente a los procesos. Este estilo surgió
en los Países Bajos partiendo de las ideas de Freudenthal y ha sido
desarrollado por los actuales miembros del Freudenthal Institut de la
Universidad de Utrecht ( www.fi.uu.nl ). Los estilos empiricista y realista
desarrollan bastante la componente horizontal pero sólo el último presta
atención a la componente vertical, que es casi inexistente en el primero.
3 La resolución de problemas La heurística o ars inveniendi tenía por
objeto el estudio de las reglas y de los métodos de descubrimiento y
de la invención. La heurística moderna, inaugurada por Polya con la
publicación de su obra How to solve it (Polya, 1945), trata de comprender
el método que conduce a la solución de problemas, en particular las
operaciones típicamente útiles en este proceso. 3.1 ¿Qué es un problema?
Polya no definió lo que entendía por problema cuando escribió su libro
en 1945. Sin embargo, en su libro Mathematical Discovery (Polya, 1961),
se vio obligado a proporcionar una definición. Pero no para empezar
su disertación, sino en el capítulo 5, y después de una amplia exposición
práctica sobre algunos procesos que intervienen en la resolución de
problemas: Tener un problema significa buscar de forma consciente una
acción apropiada para lograr un objetivo claramente concebido pero no
alcanzable de forma inmediata. Otra definición, parecida a la de Polya
es la de Krulik y Rudnik: Un problema es una situación, cuantitativa
o de otra clase, a la que se enfrenta un individuo o un grupo, que requiere
solución, y para la cuál no se vislumbra un medio o camino aparente
y obvio que conduzca a la misma (Krulik y Rudnik, 1980). De ambas definiciones
se infiere que un problema debe satisfacer los tres requisitos siguientes:
1) Aceptación. El individuo o grupo, debe aceptar el problema, debe
existir un compromiso formal, que puede ser debido a motivaciones tanto
externas como internas. 2) Bloqueo. Los intentos iniciales no dan fruto,
las técnicas habituales de abordar el problema no funcionan. 3) Exploración.
El compromiso personal o del grupo fuerzan la exploración de nuevos
métodos para atacar el problema. También ha existido cierta polémica
sobre la diferencia que hay entre un ejercicio o un auténtico problema.
Lo que para algunos es un problema, por falta de conocimientos específicos
sobre el dominio de métodos o algoritmos de solución, para los que sí
los tienen es un ejercicio. Esta cuestión aunque ha sido planteada en
varias ocasiones, no parece un buen camino para profundizar sobre la
resolución de problemas. R. Borasi (1986), en uno de los primeros intentos
en clarificar la noción de problema originada por su interés en mejorar
la enseñanza de la resolución de problemas, utiliza los siguientes elementos
estructurales para una tipología de problemas: · El contexto del problema,
la situación en la cuál se enmarca el problema mismo. · La formulación
del problema, definición explícita de la tarea a realizar. · El conjunto
de soluciones que pueden considerarse como aceptables para el problema.
· El método de aproximación que podría usarse para alcanzar la solución.
Tales elementos estructurales pueden dar origen a la siguiente clasificación:
Tipo Contexto Formulación Soluciones Método ejercicio inexistente Única
y explícita Única y exacta Combinación de algoritmos conocidos Problema
con texto Explícito en el texto Única y explícita Única y exacta Combinación
de algoritmos conocidos Puzzle Explícito en el texto Única y explícita
Única y exacta Elaboración de un nuevo algoritmo Acto de ingenio. Prueba
de una conjetura En el texto y sólo de forma parcial Única y explícita
Por lo general única, pero no necesariamente Exploración del contexto,
reformulación, elaboración de nuevos algoritmos. Problemas de la vida
real Sólo de forma parcial en el texto Parcialmente dada. Algunas alternativas
posibles. Muchas posibles, de forma aproximada. Exploración del contexto,
reformulación, creación de un modelo Situación problemática Sólo parcial
en el texto Implícita, se sugieren varias, problemática Varias. Puede
darse una explícita Exploración del contexto, reformulación, plantear
el problema. Situación Sólo parcial en el texto Inexistente, ni siquiera
implícita Creación del problema Formulación del problema. Ejemplos Problema
con texto) María ha merendado una hamburguesa y una coca-cola y para
pagar su consumición entrega al camarero una moneda de 500 pts. La hamburguesa
cuesta 250 pts y la coca-cola 125. ¿Cuánto le devolverá? Ejercicio)
Calcular 4´ 2+6´ 3. Puzzle) A partir de seis cerillas construir cuatro
triángulos equiláteros. Prueba de una conjetura) Demostrar que si a,
b y c son enteros impares, entonces las raíces de la ecuación ax2+bx+c
no son racionales. Problemas de la vida real) Queremos enmoquetar una
habitación cuya forma es irregular. Deseamos estimar la cantidad de
metros cuadrados de moqueta que debemos adquirir. Situación problemática)
Un teorema fundamental establece que la descomposición de un número
natural en producto de números primos es única. ¿Qué ocurre si cambiamos
en dicho enunciado la palabra producto por la palabra suma? Situación)
Considere las siguientes parejas de números primos gemelos (3,5) (5,7)
(11,13), (17,19) (29,31) (41,43) (71,73). A partir de tal estudio, Borasi
considera que, para ser un buen resolutor de problemas, un alumno debería
intentar resolver no sólo muchos problemas, sino una gran variedad de
los mismos. Además tan importante como resolver problemas es acostumbrarse
a plantear problemas a partir de situaciones que requieren una formulación
precisa de los mismos. 3.2 El proceso de resolución de un problema Para
George Polya (1945), la resolución de un problema consiste, a grandes
rasgos, en cuatro fases bien definidas: Comprender el problema. ¿Cuál
es la incógnita? ¿Cuáles son los datos? Concebir un plan. ¿Se ha encontrado
con un problema semejante? ¿Conoce un problema relacionado con este?
¿Podría enunciar el problema de otra forma? ¿Ha empleado todos los datos?
Ejecutar el plan. ¿Son correctos los pasos dados? Examinar la solución
obtenida. ¿Puede verificar el resultado? ¿Puede verificar el razonamiento?
Las fases anteriores caracterizan claramente al resolutor ideal, competente.
Cada fase se acompaña de una serie de preguntas, al puro estilo socrático,
cuya intención clara es actuar como guía para la acción. Los trabajos
de Polya, se pueden considerar por lo tanto, como un intento de describir
la manera de actuar de un resolutor ideal. Una pregunta, ¿Por qué es
tan difícil entonces, para la mayoría de los humanos, la resolución
de problemas en matemáticas? Los trabajos de Schoenfeld (1985), son
por otro lado, la búsqueda inagotable de explicaciones para la conducta
de los resolutores reales de problemas. Propone un marco con cuatro
componentes que sirva para el análisis de la complejidad del comportamiento
en la resolución de problemas. Recursos congnitivos: conjunto de hechos
y procedimientos a disposición del resolutor. Heurísticas: reglas para
progresar en situaciones dificultosas. Control: Aquello que permite
un uso eficiente de los recursos disponibles. Sistema de creencias:
Nuestra perspectiva con respecto a la naturaleza de la matemática y
como trabajar en ella. Cada uno de tales componentes explica las carencias,
y por lo tanto, el poco éxito en la resolución de problemas de los resolutores
reales. Así, cuando a pesar de conocer las heurísticas no se sabe cuál
utilizar o cómo utilizarla se señala la ausencia de un buen control
o gestor de los recursos disponibles. Pero las heurísticas y un buen
control no son suficientes, pues puede que el resolutor no conozca un
hecho, algoritmo o procedimiento específico del dominio matemático del
problema en cuestión. En este caso se señala la carencia de recursos
cognitivos como explicación al intento fallido en la resolución. Por
otro lado, puede que todo lo anterior esté presente en la mente del
resolutor, pero sus creencias de lo que es resolver problemas en matemáticas
o de la propia concepción sobre la matemática haga que no progrese en
la resolución. La explicación, para este fallo, la contempla Schoenfeld
en el cuarto elemento del marco teórico, las creencias. Por último están
las heurísticas. La mayor parte de las veces se carece de ellas. Se
dispone de conocimientos específicos del tema o dominio matemático del
problema, incluso de un buen control pero falla el conocimiento de reglas
para superar las dificultades en la tarea de resolución. Las heurísticas
son las operaciones mentales típicamente útiles en la resolución de
problemas, son como reglas o modos de comportamiento que favorecen el
éxito en el proceso de resolución, sugerencias generales que ayudan
al individuo o grupo a comprender mejor el problema y a hacer progresos
hacia su solución. Existe una amplia, posiblemente incompleta, lista
de heurísticas. Entre las más importantes cabría citar: Buscar un problema
relacionado. Resolver un problema similar más sencillo. Dividir el problema
en partes. Considerar un caso particular. Hacer una tabla. Buscar regularidades.
Empezar el problema desde atrás. Variar las condiciones del problema.
Sin embargo, como bien ha señalado Puig (1996), en la lista anterior
aparecen demasiadas cosas juntas, que son, por otro lado, diferentes
si las sometemos a un detenido análisis. Buscar un problema relacionado
es una sugerencia heurística pues se señala una dirección de trabajo,
y sobre todo se recurre a la memoria del resolutor, y no a un procedimiento
concreto para buscar tal problema. Considerar un caso sí se refiere
a un procedimiento en concreto que permite, a partir del problema dado,
formular un problema relacionado con él. Puig (1996) denomina a este
tipo de procedimientos, independientes del contenido y que permiten
transformar el problema dado en otro, con el nombre de herramientas
heurísticas. (Tal observación parte de una nota marginal de Polya (Polya,
1962, vol 2. p.84)) Por último, hacer una tabla se podría considerar
como una destreza al no poseer el carácter de transformar el problema
ni al recurso de la memoria como en el caso de las sugerencias heurísticas.
La característica más importante del proceso de resolución de un problema
es que, por lo general, no es un proceso paso-a-paso sino más bien un
proceso titubeante. En el proceso de resolución, Schoenfeld ha señalado
que tan importante como las heurísticas es el control de tal proceso,
a través de decisiones ejecutivas. Tales decisiones son acerca de qué
hacer en un problema. La característica más importante que define a
las decisiones ejecutivas y a las acciones de control, es que tienen
consecuencias globales para la evolución del proceso de resolución de
un problema. Las decisiones ejecutivas determinan la eficiencia de los
conocimientos y recursos de todo tipo puestos en servicio para la resolución
del problema. Son decisiones ejecutivas: - Hacer un plan. - Seleccionar
objetivos centrales y subobjetivos. - Buscar los recursos conceptuales
y heurísticos que parecen adecuados para el problema. - Evaluar el proceso
de resolución a medida que evoluciona. - Revisar o abandonar planes
cuando su evaluación indica que hay que hacerlo. Las anteriores son
decisiones ejecutivas tal y como se usa ese término en Inteligencia
Artificial, son equivalentes a las decisiones de gestión en el campo
de los negocios, o decisiones de táctica y estrategia en el campo militar.
El término metacognición se ha usado en la literatura psicológica en
la discusión de fenómenos relacionados con el que aquí tratamos. Son
por tanto, decisiones acerca de qué caminos tomar, pero también acerca
de qué caminos no tomar. Cuanto más precisas sean las respuestas a las
preguntas: ¿ Qué estoy haciendo? ¿ Por qué lo hago? ¿ Para qué lo hago?
¿ Cómo lo usaré después? mejor será el control global que se tenga sobre
el problema y sobre las decisiones que conducen a su solución. La ausencia
de decisiones ejecutivas y de control suele tener efectos desastrosos
en el proceso de resolución de un problema. La mayor parte de las veces
en que se fracasa en la resolución de un problema es debido a que, la
persona que afronta el problema, no dispone de un plan de solución.
Pero hay otras actitudes que imposibilitan la toma de buenas decisiones
durante la fase de resolución. Entre ellas cabe destacar: - Inflexibilidad
para considerar alternativas. Cuando una y otra vez fallan los procedimientos
empleados no hay más salida que cambiar de perspectiva para salir del
bloqueo. - Rigidez en la ejecución de procedimientos. Más de una vez
intentaremos encajar un procedimiento conocido en una situación en la
que no es aplicable. Nuestra obstinación es debida al simple hecho de
que nos parece apropiado a primera vista, o porque la situación, aunque
distinta, se parece a aquella en que el procedimiento fue eficaz. -
Incapacidad de anticipar las consecuencias de una acción. Al respecto
cabe hacerse siempre la siguiente pregunta antes de ejecutar una acción
pensada: Cuando haya ejecutado lo que pienso ¿ qué consecuencias tendrá
para la resolución del problema ? - El efecto "túnel". Se produce cuando
la ejecución de una tarea es tan absorbente que no hay energías disponibles
para la evaluación de lo que se esta realizando. Suele darse más fácilmente
cuanto más embebido se está en la ejecución de una acción. Miguel de
Guzmán partiendo de las ideas de Polya, Mason et al. (Mason, Burton
y Stacey, 1988) y de los trabajos de Schoenfeld ha elaborado un modelo
para la ocupación con problemas, donde se incluyen tanto las decisiones
ejecutivas y de control como las heurísticas. La finalidad de tal modelo
es que la persona examine y remodele sus propios métodos de pensamiento
de forma sistemática a fin de eliminar obstáculos y de llegar a establecer
hábitos mentales eficaces, en otras palabras, lo que Polya denominó
como pensamiento productivo. Un modelo para la ocupación con problema
(Miguel de Guzmán, 1991, p.80) Familiarízate con el problema Trata de
entender a fondo la situación Con paz, con tranquilidad a tu ritmo Juega
con la situación, enmárcala, trata de determinar el aire del problema,
piérdele el miedo Búsqueda de estrategias Empieza por lo fácil Experimenta
Hazte un esquema, una figura, un diagrama Escoge un lenguaje adecuado,
una notación apropiada Busca un problema semejante Inducción Supongamos
el problema resuelto Supongamos que no Lleva adelante tu estrategia
Selecciona y lleva adelante las mejores ideas que se te han ocurrido
en la fase anterior Actúa con flexibilidad. No te arrugues fácilmente.
No te emperres en una idea. Si las cosas se complican demasiado hay
otra vía. ¿Salió? ¿Seguro? Mira a fondo tu solución. Revisa el proceso
y saca consecuencias de él Examina a fondo el camino que has seguido.
¿Cómo has llegado a la solución? O bien, ¿por qué no llegaste? Trata
de entender no sólo que la cosa funciona, sino por qué funciona. Mira
si encuentras un camino más simple Mira hasta dónde llega el método
Reflexiona sobre tu propio proceso de pensamiento y saca consecuencias
para el futuro 3.3 La resolución de problemas como propuesta didáctica
El National Council of Teachers of Mathematics (NCTM) propuso para la
década de los pasados ochenta la resolución de problemas como eslogan
educativo de la matemática escolar: En la enseñanza de las matemáticas
escolares se debe poner el enfoque en la resolución de problemas. ¿Qué
significa poner el enfoque en la resolución de problemas? Cabe al menos
tres interpretaciones: Enseñar para resolver problemas Proponer a los
alumnos más problemas. Emplear aplicaciones de los problemas a la vida
diaria y a las ciencias. No proponer sólo ejercicios sino también problemas
genuinos que promuevan la búsqueda, la investigación por los alumnos.
Ejemplos de esta última interpretación se pueden hallar en Callejo (1994),
Mason et al. (1988) y Guzmán (1991), Bagazgoitia et al. (1997). Enseñar
sobre la resolución de problemas Enseñanza de la heurística. El objetivo
es que los alumnos lleguen a aprender y a utilizar estrategias para
la resolución de problemas. Dentro de esta tendencia hay ejemplos en
los mismos trabajos citados anteriormente. Sin embargo, parece ser que
las destrezas heurísticas son las más apropiadas para tal fin. Enseñar
vía la resolución de problemas Enseñar la matemática a través de problemas.
En un seminario celebrado en La Laguna en 1982 e impartido por el profesor
Gaulin (M. Fernández 1982), al ser preguntados por objetivos de la resolución
de problemas, los profesores asistentes enumeran los siguientes: Desarrollo
de la capacidad de razonamiento Aplicación de la teoría previamente
expuesta. Resolución de cuestiones que la vida diaria plantea. La primera
propuesta, aunque durante mucho tiempo fue un argumento aceptado generalmente
sobre las virtudes de la educación matemática, con el paso del tiempo
se ha convertido en un mito. Las dos últimas caen dentro de la primera
interpretación anterior. En el mismo artículo, el autor M. Fernández
que actuó como informador del seminario, concluye con la siguiente redacción:
Al final, pareciéndome que el profesor buscaba algo más, me aventuré
a indicar lo que creo suele olvidarse: la propuesta de problemas con
el fin de elaborar una teoría, esto es, para explorar y aprender nuevos
conceptos. En efecto, comentó, pese a ser eminentemente formativa, no
es frecuente que se tenga en cuenta por el profesorado. Esta es claramente
la interpretación tercera de las enumeradas más arriba. Sin embargo,
el comentario del Profesor Gaulin deja las cosas de nuevo en su sitio.
¿Por qué no se tiene en cuenta por el profesorado? ¿Existe algún patrón
que caracterice la práctica educativa? A falta de estudios serios en
nuestro país, me he visto obligado a consultar la literatura científica
internacional que existe al respecto. En las lecciones grabadas en vídeo
durante el TIMSS, para el 78% de los temas tratados en 8º (USA), los
procedimientos y las ideas sólo fueron mostradas no explicadas ni desarrolladas.
El 96% del tiempo empleado por los estudiantes trabajando en las aulas
se dedicó a practicar procedimientos que se les había mostrado como
hacerlo (Stigler y Hiebert, 1997). Lo más característico es el énfasis
en enseñar procedimientos, en especial procedimientos de cálculo. Se
presta poca atención a ayudar a los alumnos a desarrollar ideas conceptuales,
o incluso a conectar los procedimientos que están aprendiendo con los
conceptos que muestran por qué aquellos funcionan. El curriculum de
matemáticas en USA suministra pocas oportunidades a los alumnos de resolver
problemas retadores y de participar en el razonamiento, la comunicación,
la conjetura, la justificación y la demostración (Hiebert, 1999). Podemos
concluir con Dossey (Dossey et al. 1988) que la instrucción matemática
en las aulas de secundaria puede caracterizarse con ligeras variaciones,
como la actividad que consiste en la explicación del contenido por el
profesor, trabajo individual de los alumnos sobre las tareas propuestas
y corrección de las mismas, dirigidas al gran grupo, en la pizarra.
La mayoría de las veces, y debido a la dificultad del contenido o al
tiempo disponible, la explicación se dirige hacia un nivel medio de
la clase, cuando no al más alto, y hacia el aprendizaje directo de determinados
algoritmos o definiciones. Los informes preliminares del TIMSS sugieren
incluso un enfoque mucho más formalista para nuestro país (Beaton et
al. 1996, página 155). El resultado de tal práctica es, por lo general,
una prevalencia de aprendizajes rutinarios, carentes de significado,
y la construcción de esquemas conceptuales débiles por los alumnos,
que se manifiestan en una pobre actuación, sobre contenidos supuestamente
aprendidos, después de un cierto tiempo. Los maestros y los profesores
enseñan de la misma forma en que fueron enseñados en la escuela. Lo
expuesto, creo que explica en parte por qué no se enseña matemáticas
a través de la resolución de problemas. 3.4 La propuesta didáctica Nuestras
creencias sobre qué es matemática influye en la forma en que la enseñamos.
Además, nuestras creencias pueden ser un obstáculo. Un obstáculo insalvable.
Los profesores que ven su tarea como la transmisión de un conocimiento
acabado y abstracto tienden a adoptar un estilo expositivo. Su enseñanza
está plagada de definiciones, en abstracto, y de procedimientos algorítmicos.
Solo al final, en contados casos, aparece un problema contextualizado
como aplicación de lo que supuestamente se ha aprendido en clase. La
resolución de problemas se queda para el Taller de Matemáticas, en clase
hacemos cosas más serias, las auténticas matemáticas. Esta forma de
entender la enseñanza tiene nombre, se conoce como mecanicismo. De acuerdo
con la filosofía mecanicista el hombre es un instrumento parecido al
ordenador, cuya actuación al más bajo nivel puede ser programada por
medio de la práctica repetitiva, sobre todo en aritmética y en álgebra,
incluso en geometría, para resolver problemas distinguibles por medio
de patrones reconocibles que son procesados por la continua repetición.
Es en este nivel más bajo, dentro de la jerarquía de los más hábiles
ordenadores, donde se sitúa al hombre. (Freudenthal, 1991, p.134). En
Psicología esta tendencia se conoce como Conductismo. Si por el contrario,
consideramos que el conocimiento matemático no es algo totalmente acabado
sino en plena creación, que más que conceptos que se aprenden existen
estructuras conceptuales que se amplían y enriquecen a lo largo de toda
la vida, entonces ya no bastará con la exposición. Habrá que hacer partícipe
a los alumnos del propio aprendizaje. Y sólo hay una forma de hacer
partícipe a los alumnos: dar significado a todo lo que se enseña. Para
desarrollar los hábitos de pensar sólo hay un camino, pensar uno mismo.
Permitir que los alumnos participen en la construcción del conocimiento
es tan importante a más que exponerlo. Hay que convencer a los estudiantes
que la matemática es interesante y no sólo un juego para los más aventajados.
Por lo tanto, los problemas y la teoría deben mostrarse a los estudiantes
como relevante y llena de significado. Tales creencias son, posiblemente,
la causa de que una propuesta que se formuló hace más de 50 años y que
ha merecido la atención de ilustres personas, todavía sea hoy tema de
debate y clarificación. Si aceptamos cualquiera de las tres formas de
enfoque en resolución de problemas, la primera pregunta que nos viene
a la cabeza es qué estamos enseñando. Una pregunta relacionada: ¿qué
aprenden los alumnos?. Propongo que formulemos la pregunta de otra forma:
¿Cómo enseñamos? ¿Cómo aprenden los alumnos? Todas las propuestas que
se han hecho, establecen qué enseñar. Ninguna cómo enseñar. Si queremos
que nuestros alumnos aprendan a resolver problemas, entendiendo el término
bajo las tres acepciones anteriores, hemos de diseñar y desarrollar
nuestra enseñanza según tales términos. Yo estoy convencido que es posible
articular un currículo cuya metodología sea la resolución de problemas
y que con tal currículo se pueden cubrir aspectos profundos de los conceptos
matemáticas. Pero a costa de eliminar muchos procedimientos de tipo
algorítmico, cuya presencia en los libros de texto y en los currículos
constituyen hoy un puro anacronismo. Terminaré completando la cita de
Polya con la que comencé esta conferencia. Por ello, un profesor de
matemáticas tiene una gran oportunidad. Si dedica su tiempo a ejercitar
a los alumnos en operaciones rutinarias, matará en ellos el interés,
impedirá su desarrollo intelectual y acabará desaprovechando su oportunidad.
Pero si, por el contrario, pone a prueba la curiosidad de sus alumnos
planteándoles problemas adecuados a sus conocimientos, y les ayuda a
resolverlos por medio de preguntas estimulantes, podrá despertarles
el gusto por el pensamiento independiente y proporcionarles ciertos
recursos para ello. (George Polya, prefacio a la primera edición en
inglés de How to solve it. Princeton University Press. 1945) 4 Disciplinas
que han influido en la Didáctica de las matemáticas. Una premisa básica
que subyace a todo trabajo en didáctica de las matemáticas, y en concreto
desde la perspectiva de la ciencia cognitiva, es que las estructuras
mentales y los procesos cognitivos son extremadamente ricos y complejos,
pero pueden ser entendidas y que tal comprensión producirá importantes
avances en nuestro conocimiento sobre las diversas formas en que tienen
lugar el aprendizaje. Durante la mayor parte de este siglo, la investigación
en didáctica de las matemáticas ha estado influida por una corriente
conocida como asociacionismo, cuya recomendación pedagógica más simple
era la práctica educativa de ejercicios bien secuenciados. No se prestó
ningún interés en explorar las estructuras cognitivas del individuo.
En el caso más extremo, Skinner llegó a afirmar que quedaba fuera de
lugar en su teoría, por poco útil, cualquier atención a las estructuras
mentales. 4.1 Una metodología de investigación: el paradigma agrícola
Las metodologías de investigación imperantes desde la década de los
cincuenta hasta bien entrada la de los setenta se puede resumir en el
paradigma agrícola. Se confió en los métodos estadísticos a gran escala
y en el análisis de datos (Schoenfeld, 1987, p. 7). Tales análisis provenían
de la asunción de que los patrones obtenidos a partir de datos de un
gran número de personas aportaban una información más fiable que los
obtenidos a partir de individuos particulares. El problema fundamental
era el control de variables. La cantidad de pesticida, agua y la acidez
del suelo entre otras, eran más fácilmente controlables en un experimento
agrícola que en un experimento educativo. Otra distinción importante
era la de grupo experimental y grupo de control. El primero recibía
todas las atenciones necesarias contempladas como variables que mejorarían
el rendimiento de los alumnos, mientras que el segundo seguirían una
enseñanza normal. De esta forma, cualquier mejora en los alumnos del
primer grupo, el experimental, se atribuiría a las recomendaciones pedagógicas,
metodología o materiales empleados. Un problema fundamental aquí, es
que no se controlaban las diferencias individuales de los alumnos, o
no se utilizaban en el análisis de los datos obtenidos. Así, si se quería
establecer alguna relación entre habilidades visuales espaciales y el
sexo de los alumnos, se sometía una amplia muestra de alumnos a un test
y, mediante el análisis estadístico, se establecía determinada correlación.
Un ejemplo de esto último es el hallazgo de que los alumnos varones
poseen mejores habilidades visuales que las alumnas. Otro ejemplo, es
que la habilidad verbal es un aspecto importante de la resolución de
problemas. Además, el propio test caracterizaba tales habilidades, de
forma que poseerlas implicaba obtener determinada puntuación en los
tests correspondientes. Durante los sesenta y los setenta muchas de
tales investigaciones proporcionaron un gran número de estudios ambiguos
o contradictorios, de tal forma que no se disponía de hallazgos importantes
que arrojaran luz sobre la educación. Lo cual muestra la dificultad
de aplicar tal paradigma a la educación. Por desgracia para los investigadores
los alumnos han demostrado ser mucho más complejos que los campos de
cultivo. Algunos investigadores, entre ellos Kilpatrick, propusieron
aparcar por un tiempo, las investigaciones estadísticas hasta que se
dispusiera de un mejor conocimiento de los procesos mentales que se
querían medir. Proceso versus producto. Ciencia cognitiva. Desde la
Psicología Educativa ha habido dos contribuciones claras a la didáctica
de las matemáticas. Una conforma lo que se ha dado en llamar la corriente
conductista o neoconductista y la otra la corriente cognitiva. Brevemente
exponemos ambas contribuciones. 4.2 Aportación del conductismo y neoconductismo
a la didáctica de las matemáticas El asociacionismo de Thorndike A comienzos
de siglo E.L. Thorndike inició una serie de investigaciones en educación
que caracterizarían con el paso del tiempo, a lo que se ha denominado
como corriente conductista en educación matemática. Thorndike se interesó
en el desarrollo de un aprendizaje activo y selectivo de respuestas
satisfactorias. Ideó un tipo de entrenamiento en el que los vínculos
establecidos entre los estímulos y las respuestas quedarían reforzados
mediante ejercicios en los que se recompensaba el éxito obtenido. El
propio Thorndike denominó conexionismo (asociacionismo) a este tipo
de psicología. El aprendizaje es el producto de un funcionamiento cognitivo
que supone ciertas conexiones o asociaciones de estímulo y respuesta
en la mente de los individuos. Por tanto, los programas para enseñar
matemáticas podrían elaborarse sobre la base de estímulos y respuestas
sucesivos, de tal forma que los resultados de este proceso se podrían
objetivar en cambios observables de la conducta de los alumnos. En 1922
publicó su libro The Psychology of Arithmetic. En él presentaba el principio
central de su teoría del aprendizaje: todo el conocimiento incluso el
más complejo esta formado por relaciones sencillas, vínculos entre estímulos
y respuestas. Así, la conducta humana, tanto de pensamiento como de
obra, se podría analizar en términos de dos sencillos elementos. Si
se reducía la conducta a sus componentes más elementales, se descubría
que consistía en estímulos (sucesos exteriores a la persona) y repuestas
(reacción a los sucesos externos). Si se premiaba una respuesta dada
a un estímulo propuesto, se establecía un vínculo fuerte entre estímulo
y respuesta. Cuánto más se recompensaba la respuesta más fuerte se hacía
el vínculo y por lo tanto, se sugería que uno de los medios más importantes
del aprendizaje humano era la práctica seguida de recompensas (ley del
efecto). Thorndike sugirió cómo aplicar sus ideas a la enseñanza de
la aritmética afirmando que lo que se necesitaba era descubrir y formular
el conjunto determinado de vínculos que conformaban la disciplina a
enseñar (lo hizo para la aritmética). Una vez formulados todos los vínculos,
la práctica sujeta a recompensas, sería el medio para poner en funcionamiento
la ley del efecto y propiciar una mejora en los resultados de los alumnos.
La teoría de Thorndike significó un gran paso hacia la aplicación de
la psicología a la enseñanza de las matemáticas, siendo su mayor contribución
el centrar la atención sobre el contenido del aprendizaje y en un contexto
determinado como es la aritmética. El aprendizaje acumulativo de Gagné
Una teoría psicológica que quisiera dominar la enseñanza debería explicar
por qué el aprendizaje sencillo facilitaba el más complejo. La lista
de vínculos se establecía desde las tareas más fáciles a las más difíciles,
sin embargo, no existía una teoría que explicase la dificultad psicológica
de las diferentes tareas y por lo tanto, que explicase por qué si se
aprendían primero los problemas más fáciles, se facilitaba el aprendizaje
de los más difíciles. El problema central aquí es la transferencia desde
un aprendizaje a otro. Thorndike sugirió que tal transferencia podría
ocurrir siempre que ambas tareas contuviesen elementos comunes (teoría
de los elementos idénticos). Sin embargo la mayor parte de las investigaciones,
en la transferencia, se realizaron en experimentos de laboratorio donde
se analizaban, en detalle, una o más tareas. Otra empresa, mucho más
compleja, era aplicar la teoría al curriculum escolar. Robert Gagné,
con su teoría del aprendizaje acumulativo dio este paso. En su teoría,
las tareas más sencillas funcionan como elementos de las más complejas.
Así al estar las tareas más complejas formadas por elementos identificables
se posibilita la transferencia de lo sencillo a lo complejo. Gagné propuso
analizar las habilidades disgregándolas en subhabilidades ordenadas,
llamadas jerarquías del aprendizaje. De esta manera, para una determinada
habilidad matemática, por ejemplo la suma de números enteros, el trabajo
del psicólogo consiste en un análisis de las tareas que permite identificar
los objetivos o habilidades elementales que constituyen otro más complejo,
creando de este modo una jerarquía. Tal jerarquía del aprendizaje permite
plantear objetivos perfectamente secuenciados desde una lógica disciplinar.
Sin embargo, una de estas jerarquías no es más que una hipótesis de
partida, sobre la manera en que se relacionan entre sí ciertas habilidades
matemáticas, y nos lleva a una pregunta importante ¿cómo podemos estar
seguros de que tal jerarquía de habilidades es una jerarquía de transferencia
que resultará útil para la enseñanza y el aprendizaje?. Además, las
secuencias de aprendizaje bajo tales jerarquías se manifiestan rígidas
y no tienen en cuenta las diferencias individuales entre los alumnos.
La práctica educativa se centra, por lo tanto, en la ejecución y repetición
de determinados ejercicios secuenciados, en pequeños pasos, que deben
ser realizados individualmente y que más tarde se combinan con otros
formando grandes unidades de competencia para el desarrollo de cierta
habilidad matemática. No se presta importancia al significado durante
la ejecución sino que se espera que sea al final de la secuencia, cuando
el aprendiz adquiera la estructura que conforma la habilidad matemática.
Se presta importancia principal al producto, respuesta de los alumnos,
y no al proceso, cómo y por qué se ha dado la respuesta. En definitiva,
existe poco o nulo interés en explorar las estructuras y los procesos
cognitivos. La enseñanza programada, las fichas y las secuencias largas
de objetivos y subobjetivos caracterizan la corriente más radical dentro
del conductismo. Entre las críticas más recientes al diseño de instrucción
(instructional design), pues con este término se conoce a la tecnología
educativa derivada de los trabajos de Gagné, la más clara es la expuesta
por A. Arcavi (1995) que pasamos a exponer. El diseño de instrucción
centra su interés en una descomposición lógica de los contenidos y,
por tanto, el diseño puede hacerse a priori por expertos y sin contacto
alguno con alumnos. Además, pone el énfasis en los aspectos más conductistas
de lo que significa ser competente en matemáticas definiendo "objetivos
de conducta". Se presupone que tal diseño debería estar en manos exclusivamente
de expertos, quienes son los indicados para establecer los contenidos,
los problemas y las secuencias. No parece que de cabida a concepciones
alternativas de la actividad matemática y parece implicar que el diseño
curricular "riguroso", al tener en cuenta la textura lógica de los contenidos
garantiza una trayectoria satisfactoria del aprendizaje. Un aspecto
importante de tales investigaciones es que no se interesaban en qué
ocurría durante la realización de determinados problemas, las secuencias
de aprendizaje o las cuestiones presentadas en los tests. Si algo miden,
tales metodologías, es el producto o resultado del proceso de tales
tratamientos. Nunca los procesos de pensamiento involucrados en tales
productos. La distinción entre proceso y producto caracteriza, de forma
radical, la diferencia entre una metodología conductista o neoconductista
y una metodología de tipo cognitivo. (Para ejemplos sobre jerarquía
de habilidades matemáticas y ampliación sobre el contenido de este apartado
remitimos a la obra: La enseñanza de las matemáticas y sus fundamentos
psicológicos. L.B. Resnick y W.W.Ford. Paidos. Ministerio de Educación
y Ciencia. 1990.) 4.3 La ciencia cognitiva La cognición no comienza
con los conceptos, sino todo lo contrario, los conceptos son el resultado
del proceso cognitivo (Freudenthal 1991, p.18). Las matemáticas, más
que ningún otro dominio científico, permiten dar definiciones explícitas
desde muy pronto. Por ejemplo, los números pares e impares pueden definirse
a partir de los números naturales. Pero la dificultad radica en cómo
definir los números naturales. Tales números se generan a partir del
proceso de contar, en vez de a partir de una definición. De esta manera
pasan a formar parte del sentido común. El problema central de la ciencia
cognitiva es la construcción de los conceptos por los individuos. Qué
procesos mentales se activan y cómo tales procesos dan forma al concepto,
son preguntas claves en tal metodología de investigación. Lo que le
interesa principalmente al investigador cognitivo, es construir un modelo
del proceso de comprensión de los alumnos. En tal modelo se debe especificar
qué conocimiento particular es accesible a los alumnos, las estrategias
de las que se sirven y la naturaleza de la interacción entre el conocimiento
y las estrategias desarrolladas. Un término importante, en ciencia cognitiva,
es el de esquema cognitivo o el de esquema conceptual, siendo el primero
más general y amplio que el segundo. Para tales términos no existen
definiciones precisas, tal y como se entienden en matemáticas. Para
hacernos una idea de tal término pensemos en un ejemplo de la matemática
elemental. La inclusión, en los curriculum de secundaria, del concepto
de función real de variable real es uno de los logros más importantes
de la corriente conocida como matemática moderna. Tal concepto se introdujo
a partir de las relaciones entre conjuntos, hasta concluir en el par
ordenado como definición formal del concepto de función. Así por ejemplo,
la función f(x)=x2, se define como {(x,y)Î RxR/ y = x2}. Sin embargo,
pocos profesores experimentados, utilizarían tal definición como introducción
a las funciones reales. A pesar de ser un ejemplo sencillo en sí es
un ejemplo abstracto. Parecería más oportuno comenzar con la construcción
de una tabla de valores y a continuación realizar una gráfica de la
función. Tal secuencia, presente en muchos libros de la época e incluso
hoy día, señala tres aspectos del concepto de función: la fórmula, la
tabla de valores y la gráfica. Es decir, tenemos tres aspectos de tres
dominios diferentes: el algebraico, el aritmético y el geométrico. Con
ambos pretendemos que, la relación abstracta entre las variables x e
y que caracteriza el concepto de función real, quede clara. Sin embargo,
investigaciones recientes como la llevada a cabo en el Shell Centre
de la Universidad de Nottigham (Reino Unido) han puesto en evidencia
las dificultades del concepto de función. Entre los hallazgos más importantes
encontramos las dificultades que presentan los alumnos para coordinar
la información relativa a las dos variables y los dos ejes, presentando
los alumnos dificultades a la hora de calcular incrementos de ordenada
correspondientes a incrementos de abscisa dada o viceversa (Shell Centre,
1990). La teoría desarrollada por Jean Piaget Piaget denominó epistemología
genética a su teoría sobre la construcción del conocimiento por los
individuos (Piaget, 1987; García, 1997). Su centro de interés es la
descripción del desarrollo de los esquemas cognitivos de los individuos
a lo largo del tiempo y de acuerdo con ciertas reglas generales. El
principio central de la teoría de Piaget sobre la construcción del conocimiento
es la equilibración (Piaget, 1990; García, 1997). Tal equilibración
se lleva a cabo mediante dos procesos, íntimamente relacionados y dependientes,
que son la asimilación y la acomodación. Cuando un individuo se enfrenta
a una situación, en particular a un problema matemático, intenta asimilar
dicha situación a esquemas cognitivos existentes. Es decir, intentar
resolver tal problema mediante los conocimientos que ya posee y que
se sitúan en esquemas conceptuales existentes. Como resultado de la
asimilación, el esquema cognitivo existente se reconstruye o expande
para acomodar la situación. La asimilación y la acomodación se muestran
en la teoría piagetiana como las herramientas cognitivas útiles y fundamentales
en el restablecimiento del equilibrio cognitivo en el individuo. El
binomio asimilación-acomodación produce en los individuos una reestructuración
y reconstrucción de los esquemas cognitivos existentes. Si los individuos
construyen su propio conocimiento, la equilibración expresa el proceso
mediante el cual se produce tal construcción, señalándose así el carácter
dinámico en la construcción del conocimiento por los individuos, como
hipótesis de partida para una teoría del análisis de los procesos cognitivos
(García, 1997, p 41). La abstracción reflexiva o reflectora es un término
definido por Piaget y central en su teoría de la construcción del conocimiento.
Piaget llama así a la abstracción que parte de las acciones u operaciones
y no meramente de los objetos (Beth y Piaget, 1980, p. 212). La abstracción
reflexiva conlleva dos momentos indisolubles (Piaget, 1990, p. 40):
un proceso de reflexión, 'reflejamiento' o proyección que hace pasar
lo que es abstraído de un plano inferior a otro superior (por ejemplo
de la acción física a la representación mental) y un producto de la
reflexión, una 'reflexión' en el sentido mental, que permite una reorganización
o reconstrucción cognitiva, sobre el nuevo plano de la que ha sido extraído
del plano precedente. En el plano inferior las acciones y operaciones
se realizan sobre objetos concretos, físicos o imaginados, mientras
que en el plano superior las acciones y operaciones interiorizadas actúan
sobre objetos abstractos y las coordina para formar nuevas acciones
que dan lugar a nuevos objetos. Siendo así que el sujeto reconstruye
lo así abstraído en un plano superior nuevo, cuyo funcionamiento es
distinto, y que tal reconstrucción conduce a un esquema cognitivo más
general (Beth y Piaget, 1980, p. 229). Piaget señaló su carácter constructivo,
por lo tanto no de descubrimiento, pues la abstracción reflexiva consiste
en traducir una sucesión de actos materiales en un sistema de operaciones
interiorizadas cuyas leyes o estructura se comprenden en un acto simultáneo.
La abstracción reflexiva se refiere, por tanto, a las acciones y operaciones
del sujeto y a los esquemas que le conduce a construir (Piaget y García,
1982 p. 247) y es, por lo tanto, puramente interna al sujeto. Destaquemos
aquí que lo que constituye la génesis del conocimiento y que aporta
su cualidad constructiva son las acciones y no la mera observación.
Pues por medio de las acciones se desencadena el proceso de abstracción
reflexiva en el individuo y su conclusión será la construcción mental
de un nuevo ente abstracto, objeto o concepto más general. La importancia
del papel jugado por la abstracción reflexiva en la construcción de
los conceptos matemáticos ha dado lugar, recientemente, a dos marcos
teóricos, extensiones de la teoría desarrollada por Jean Piaget: La
generalización operativa (Dörfler, 1991) y el marco teórico acción-proceso-objeto
(Dubinsky, 1991 y 1997). Tales marcos teóricos, que no expondremos aquí,
pueden ser consultados por los interesados en las citas bibliográficas
señaladas. Procesamiento de la información. Frente a la teoría de Piaget
sobre la forma en que las personas comprenden los conceptos y, a partir
de ciertos estudios realizados en el campo de la computación sobre habilidades
lingüísticas de los humanos, surge en la década de los setenta la teoría
denominada procesamiento de la información. La conducta humana se concibe
como resultado del proceso por el cual la mente actúa (procesa) sobre
los datos que proceden del entorno interno o externo (información).
Toda la información es procesada por una serie de memorias, que procesan
y almacenan de forma distinta y que además están sujetas a determinadas
limitaciones en su función. La combinación de tales memorias constituyen
el sistema de procesamiento de la información. La información entra
en el sistema a través de un registro de entrada sensorial, llamado
a veces memoria icónica o buffer sensorial. Esta primera memoria, es
capaz de recibir información visual, auditiva o táctil directamente
del entorno y puede recibir mucha información al mismo tiempo, pero
solo puede almacenarla durante una fracción muy pequeña del mismo después
del cual se pierde. La memoria que se encarga de recoger la información
situada en el primer componente, la memoria icónica, es la memoria de
trabajo o a corto plazo. La memoria de trabajo es aquella en la que
se almacena temporalmente la información codificada para su uso inmediato
y es donde se produce el procesamiento activo de la información, es
decir, donde se realiza el proceso de pensar. Por último, se encuentra
la memoria a largo plazo o semántica. En este componente del sistema
es donde se almacena todo el conocimiento, lo que sabe, el individuo
de forma permanente. Cómo se almacena y cómo se utiliza la memoria semántica
por el individuo es una cuestión clave en este modelo de construcción
del conocimiento por los individuos. Por ejemplo, cómo utiliza el individuo
la memoria semántica para desarrollar y poner en práctica determinadas
habilidades como lo es comprender, deducir, generalizar, entre otras.
La forma más simple que se ha dado es en una lista larga, estructurada
y organizada. Los objetos, piezas de información de tal lista, están
conectados mediante vínculos o asociaciones significativas, denominadas
redes. Existen varios modelos, dentro de esta teoría, sobre la memoria
semántica y las redes para explicar las habilidades propias del conocimiento
en los individuos y todos describen el conocimiento humano como estructurado
y organizado. Los modelos más recientes se parecen mucho a las concepciones
asociacionistas, siendo así que, se ha considerado recientemente al
procesamiento de la información, aunque dentro de la ciencia cognitiva,
como un heredero del asociacionismo. 5 Grupos de Investigación Sociedad
Española de Investigación en Educación Matemática (SEIEM). Se constituye
en 1996 por iniciativa de profesores del ámbito universitario próximo
a los departamentos de didáctica de las matemáticas, aunque entre sus
miembros hay profesores de secundaria y primaria interesados por la
investigación. Su objetivo principal es constituir un espacio abierto
de reflexión y debate sobre la investigación en la enseñanza y aprendizaje
de las matemáticas. Otro objetivo importante es consolidar la comunidad
de investigación en educación matemática en España. Para tal fin, se
han creado diferentes grupos de trabajo que agrupan a investigadores
interesados en un campo de investigación concreto. Grupos de trabajo
constituidos, coordinadores y dirección electrónica: · didáctica del
análisis Carmen Azcárate: c.azcarate@cc.uab.es · aprendizaje de la geometría
Angel Gutiérrez: ANGEL.GUTIERREZ@UV.ES · didáctica de la estadística
y probabilidad Antonio Estepa: aestepa@piturda.ujaen.es · pensamiento
numérico y algebraico Bernardo Gómez: gomezb@post.uv.es · conocimiento
y desarrollo profesional del profesor Salvador Llinares: llinares@cica.es
· educación infantil Carmen Corral: ccorral@pinon.ccu.uniovi.es · historia
de la educación matemática José Mª Núñez Espallargas La sociedad se
reúne al menos una vez al año en sesión conjunta y eventualmente, se
llevan a cabo reuniones de los diferentes grupos de trabajo. La sociedad
publica un boletín informativo que distribuye entre sus asociados. Para
más información consultar la dirección en internet: www.uva.es/seiem/
El grupo internacional Psychology of Mathematic Education (PME). Fundado
en 1976 por H.Freudenthal y E. Fischbein (Israel) durante el Tercer
Congreso Internacional de Educación Matemática (ICME) celebrado en Karlsruhe
(Alemania). PME tiene como metas principales: · Promover los contactos
internacionales e intercambiar información científica en el campo de
la psicología de la educación matemática. · Promover y estimular la
investigación interdisciplinar en el área señalada anteriormente con
la cooperación de psicólogos, matemáticos y educadores matemáticos.
· Avanzar y profundizar en la comprensión de los aspectos psicológicos
del aprendizaje y de la enseñanza de las matemáticas así como en las
implicaciones que se derivan. El grupo está abierto a cualquier investigador
en activo que asuma las metas anteriores, o interesado profesionalmente
en los resultados de tales investigaciones. El grupo se reúne anualmente,
cada año en un país diferente. La última reunión ha tenido lugar en
Sud Africa (1998) y la próxima tendrá lugar en Israel (1999). En total,
desde su fundación, ha celebrado 22 encuentros internacionales. Durante
los cinco días que dura la reunión tienen lugar sesiones plenarias,
comunicaciones de investigaciones en curso, y reuniones de grupos de
trabajo. Los siguientes grupos de trabajo (proyectos) han sido aprobados,
en la última reunión, por el Comité Internacional para PME23 (Haifa.
Israel, 1999): Algebra: epistemología, cognición y nuevas tecnologías.
Coordinador Jean-Philippe Drouhard (drouhard@unice.fr). Investigación
en el aula. Coordinador Simon Goodchild (staffs@lib.marion.ac.uk). Aspectos
culturales en el aprendizaje de las matemáticas. Coordinador: Norman
Presmeg (npresmeg@garnet.acns.fsu.edu). Psicología de la formación del
profesor de matemáticas. Coordinador: Andrea Peter-Koop (apeter@math.uni-muenster.de)
Aprendizaje y enseñanza de la estocástica. Coordinador: John Truran
(jtruran@arts.adelaide.edu.au). Más información en la dirección de internet:
http://members.tripod.com/~IGPME 6 Calidad de los informes de investigación
Una de las mayores preocupaciones de la comunidad de investigadores
en educación matemática ha sido la calidad de las investigaciones. Tal
preocupación ha llevado a plantear unos estándares para juzgar la calidad
de los informes de investigación. Presentamos a continuación los estándares
elaborados por el Panel Editor de una de las revistas más importantes
en el campo de la educación matemática (Journal for Research in Mathematics
Education): 1. Concordancia entre las cuestiones a investigar, procedimientos
para la recogida de datos, y las técnicas de análisis de los últimos.
También, ¿responde el informe a la cuestión planteada?. 2. Competencia
investigadora. El informe de la investigación debería demostrar un uso
efectivo y apropiado de las técnicas de análisis y recogida de datos.
3. La investigación debería situarse adecuadamente en la literatura
de investigación existente sobre las cuestiones planteadas. 4. Reconocimiento
explícito de las asunciones personales. Deberían quedar claras las propias
asunciones subjetivas del investigador sobre las cuestiones a investigar.
5. Validez general. ¿Mereció la pena la investigación?. En algún tipo
de investigaciones podría ser importante examinar, en qué grado la investigación
informa sobre la práctica. 6. ¿Se han cuidado los aspectos éticos durante
la investigación? 7. Cualidad general tanto técnica como teórica, y
equilibrio entre la cualidad técnica por un lado, y la validez general
y los aspectos éticos por el otro. 8. Independencia del informe de investigación
respecto de la plausibilidad superficial o de la elocuencia del investigador.
9. Abierto al escrutinio de todos los miembros de la comunidad científica.
El informe debería suministrar al lector evidencia de cómo se han recogido
los datos, así como qué datos se utilizaron para realizar las interpretaciones.
10. Adherencia a los principios empleados por las disciplinas de las
que se han tomado los métodos de investigación. 7 Normas de la American
Psychological Association (APA) para la redacción de un artículo científico
en educación matemática. Dirección en internet: www.apa.org Un protocolo
seguido por la mayoría de las revistas especializadas en investigación,
en educación matemática, es el diseñado por la Asociación Americana
de Psicología y que pasamos a exponer de forma abreviada. Se consideran
tres tipos diferentes de artículos: · Investigación original. · Revisión
crítica de material publicado anteriormente. · Construcción de teorías
fundamentadas en la literatura existente. Para cada modalidad existe
una forma particular de presentación. Formato para la presentación de
una investigación original: Consta de cinco apartados bien diferenciados:
· Planteamiento del problema a estudiar y objetivos de la investigación.
El objetivo de este apartado es proporcionar una visión amplia del contexto
teórico en el que se inserta el problema, concluyendo en el enunciado
de una o varias hipótesis. · Métodos empleados. Este apartado incluye
varias subdivisiones: Población o muestra. Donde se describen los sujetos
que han participado en el experimento. Materiales utilizados. Procedimiento
empleado. Es importante describir el diseño utilizado y cada uno de
los pasos dados en la ejecución del experimento. · Resultados obtenidos.
En este apartado es importante, también en los anteriores, la claridad
y resumen de los resultados obtenidos. Estos deberán presentarse de
forma clara y concisa. · Discusión. Se valoran e interpretan los resultados
del experimento a la luz de las teorías manejadas en el primer apartado.
Se presentará también un resumen del estado actual del problema a la
luz de los datos aportados por el experimento. · Referencias bibliográficas.
Se citaran de forma que sean claramente identificables todas las referencias
bibliográficas señaladas en el artículo. La finalidad es ayudar a otros
investigadores a hacerse una idea más exacta de las principales fuentes
y trabajos experimentales utilizados en la realización del experimento.
Las citas deben hacerse según el siguiente formato: Libros: Resnick,
L.B. y Ford, W.W. (1990). La enseñanza de las matemáticas y sus fundamentos
psicológicos. Paidos. Ministerio de Educación y Ciencia. Capítulos en
libros: Dörfler, W. (1991). 'Forms and means of generalization in mathematics',
en A. Bishop et all (eds), Mathematical Knowledge: Its Growth Through
Teaching, Kluwer Academic Publishers, 63-85. Artículos en revistas especializadas:
Dubinsky, E. (1996). Aplicación de la perspectiva piagetiana a la educación
matemática universitaria. Educación Matemática, Vol 8-No3, pp24-41.
Los otros dos tipos de artículos, revisión crítica y construcción teórica,
tienen un formato similar al siguiente: · Definición de un problema,
estado actual de la investigación. · Análisis crítico de los documentos
ya publicados. · Propuesta de dirección futura de la investigación sobre
el problema, y en el caso de construcción teórica presentación de una
nueva síntesis y avance del modelo teórico tratado. Tan importante como
el contenido es el estilo en que se escribe. El manual de APA considera
cuatro aspectos que definen el estilo: · Presentación metódica de las
ideas. Se refiere a la continuidad en el uso de palabras, conceptos
y desarrollo temático desde el principio hasta el final del artículo.
· Fluidez en la expresión. Presentación concatenada y con ilación de
ideas dentro de un discurso en el que no debe haber omisiones, irrelevancias,
ni contradicciones. Coherencia de los tiempos verbales y selección cuidadosa
de sinónimos. No se acepta el empleo de recursos utilizados en la literatura
creativa, como por ejemplo, crear ambigüedad, insertar algo inesperado,
cambiar bruscamente de tópico, tiempo verbal o de persona. · Economía
en la expresión. Empleo justo de la cantidad de vocabulario para decir
sólo lo que es necesario. · Precisión y claridad. Expresar sólo lo que
se quiere significar. Referencias Beagazgoitia, A., Castañeda, F., Fernández,
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